Un obrero de 27 años, grave al caerle encima una pared de 3.000 kilos
El bloque de cemento aprisionó al operario, que trabajaba en la rehabilitación del inmueble
El accidente ocurrió sobre las 13.10 en el número 14 de la calle del General Arrando. El obrero, perteneciente a la empresa de derribos Anka, se disponía, junto a otros compañeros, a abrir una zanja para reforzar la estructura del edificio con nuevos pilares de ferralla y hormigón. Esto, técnicamente, se conoce como 'recalce de la cimentación', según explicó un compañero del trabajador accidentado. Además, todo el techo estaba apuntalado con soportes metálicos para que no se derrumbara.
En ese momento, a Manuel se le vino encima, de improviso, el muro de una de las paredes laterales. El bloque de cemento y ladrillos le aplastó las piernas y parte de la cadera y del tórax. Una carretilla que se encontraba junto a la víctima actuó de freno: le paró parte del golpe y le salvaguardó la cabeza. 'Todo ha sido muy rápido. Hemos oído un fuerte ruido y en cuanto nos hemos girado hemos visto a Manolo tirado en el suelo y pidiendo ayuda. Parecía como si todo el edificio se fuera a venir abajo en un momento', relató un compañero de la víctima, que prefirió no dar su nombre.
'Bastante tranquilo'
Dos compañeros del herido intentaron levantar el muro, pero su gran volumen y el peso les impidió liberarle. El herido estuvo en todo momento consciente. 'Nos decía que le sacáramos cuanto antes de allí, que le dolían mucho las piernas y que no se podía mover por el peso del bloque. Estuvo bastante tranquilo', explicó Katumba, un inmigrante que trabaja con Manuel Rodríguez y que presenció el accidente.
Los bomberos desplazaron hasta el lugar tres camiones. Los empleados municipales necesitaron utilizar cizallas y cojinetes neumáticos para liberar al herido. Esta labor les llevó unos 10 minutos. Los facultativos de una UVI móvil del Samur 092 estabilizaron al herido tras inmovilizarle toda la parte del cuerpo para no agravar las fracturas. Tras hacerle las primeras curas, le trasladaron entubado y con preaviso al hospital Clínico. Allí ingresó con pronóstico grave. Fuentes médicas señalaron que no se teme por su vida, salvo complicaciones posteriores.
El suceso se registró en un edificio de siete plantas más sótano que está siendo reformado para construir pisos y apartamentos. Las obras contaban con las licencia necesaria para una rehabilitación puntual, concedida el 22 de septiembre de 2000. El inmueble cuenta con protección parcial por pertenecer al conjunto histórico de la capital. Por ello, los trabajos de rehabilitación no pueden afectar a la fachada. Antes de conceder la licencia, Gerencia Municipal de Urbanismo ordenó en 11 ocasiones que se hiciesen obras de seguridad en el inmueble, dado su mal estado. Según varios obreros, en la reforma del edificio trabajan tres empresas distintas. Una se encarga del micropilotaje (reforzar la estructura del inmueble), mientras que otra se dedica al encofrado, y la tercera, a ultimar las reformas. El precio de los pisos oscila entre 31 y 80 millones.
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