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Supermercados de armas bajo tierra

Durante la última semana del pasado abril, se celebró en la capital de Nicaragua, Managua, el II Encuentro Interparlamentario sobre Armas Ligeras, con la presencia de diputados centroamericanos, delegados de España y Suecia (auspiciadores del evento) y representantes de Naciones Unidas. Mientras discutían sobre las medidas a tomar para un mayor control regional sobre rifles y pistolas en manos de civiles, alguien, en algún lugar de Nicaragua, embalaba 85 fusiles de asalto Kalashnikov, modelo AK-47, y 78 cargadores de munición para su venta a algún grupo guerrillero o narcotraficante del sur del continente. Las armas cruzaron de contrabando la frontera norte, con Honduras, pero el viernes 27 de abril fueron interceptadas por la policía hondureña. También detuvo a uno de sus oficiales, sospechoso de ser la persona encargada de hacer llegar cargamento a Suramérica. Además de los fusiles, el agente detenido tenía en su poder un automóvil de lujo y, según confesó, la promesa de 5.000 lempiras (366 euros, el equivalente a cinco meses de su salario) como pago por el trabajo. No es difícil para el tráfico de armas -uno de los negocios más rentables del mundo- comprar ciertos favores.

No es el primer caso que se registra en el país en los últimos años. Sendas oficinas de la Policía Internacional (Interpol) en Managua y Tegucigalpa investigan para establecer nexos entre este cargamento y al menos otros tres similares requisados en los últimos dos años. La Interpol sospecha que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se abastecen, en parte, de armas llevadas desde Nicaragua.

Arsenales ocultos

Pero, ¿de dónde salieron los AK requisados en Honduras? La respuesta más probable es de debajo de la tierra. Escenario de numerosos conflictos armados, Centroamérica se convirtió hace 20 años en el destino de numerosos envíos con remite en la Unión Soviética y Estados Unidos para armar a los diferentes bandos.

Decenas de miles de fusiles utilizados en la guerra civil nicaragüense permanecen ocultos en los denominados buzones, almacenes subterráneos excavados por todo el país. En 1990, al terminar el conflicto, el Gobierno presidido por Violeta Barrios de Chamorro impulsó un proceso de desarme y confiscación de las cerca de 250.000 armas de guerra que quedaban en manos de las tropas sandinistas, los Kalashnikov soviéticos. En teoría, cuando eran dados de baja, los soldados devolvían las armas, pero sólo en teoría. Muchos son los que afirman que aún hoy tienen su AK enterrado en el patio o bajo las baldosas de la casa, "por lo que pueda pasar".

Las Brigadas Especiales de Desarme sólo recuperaron 142.000 fusiles, según el informe Tenencia de Armas y Seguridad Ciudadana, elaborado por el Centro de Estudios Estratégicos de Nicaragua. El resto queda fuera de los registros.

"Las autoridades policiales piensan que existe una cifra negra que incluye gran cantidad de armas de guerra en las zonas rurales", se lee en la investigación Proliferación y control de armas en Nicaragua, elaborada por Elvira Cuadra para la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano. "No son sujeto de ningún tipo de control y son utilizadas frecuentemente para dirimir conflictos, particularmente en aquellos territorios que todavía padecen altos niveles de conflictividad. Las estadísticas indican que el 42% de los delitos con participación de armas de fuego fueron cometidos utilizando armas de guerra", prosigue el estudio.

La cifra de AK que esperan ser desenterrados para su uso por bandas de asaltantes que asolan el norte del país o para ser vendidos al mejor postor oscila entre las 3.000 y las 100.000, según diversas entidades o los más optimistas datos de la policía y el Ejército. En todo caso, son mantenidas ocultas por ex militares afines ideológicamente a las FARC.

Otros posibles compradores son los carteles del narcotráfico. No hay evidencias concluyentes de ello, pero los analistas opinan que Centroamérica es la principal ruta de paso para el tráfico de armas en el continente utilizando las mismas rutas, aunque en sentido contrario, por las que llega la cocaína a Estados Unidos.

Sólo en Guatemala hay alrededor de 3.000 pistas de aterrizaje susceptibles de ser utilizadas para estos fines, según datos de la IANSA (coalición mundial para el control de armas livianas, en sus siglas en inglés).

No se tienen indicios de la existencia de ninguna banda organizada que "estrictamente se dedique de forma exclusiva al trafico de armas", determina un informe de la Procuraduría General de la República de México, "por lo se presume que son las organizaciones de narcotraficantes las que han fomentado esta actividad a través de las rutas que controlan para el traslado de estupefacientes hacia Estados Unidos".

El AK es el tipo de arma utilizado por el Frente Unido Andrés Castro (FUAC), grupo armado formado por remanentes del ya desaparecido Ejército Popular Sandinista, cuya ultima acción fue el asesinato de cinco personas relacionadas con el partido en el Gobierno.

Los AK cuelgan del hombro de los pobladores de las zonas más apartadas para defenderse de las bandas de delincuentes. El AK, considerada una de las mejorea armas jamás diseñadas, a la que están dedicadas numerosas páginas en Internet, sigue siendo una amenaza y un negocio en países que creían haber conseguido la paz.

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