El reciclaje solidario de ropa usada
Cáritas inaugura en Valencia una tienda de segunda mano con la que colaboran diseñadores valencianos
La necesidad de dar una nueva salida a la ropa usada procedente de la donación particular y la intención de facilitar la integración sociolaboral de colectivos desfavorecidos se ha traducido en la apertura de Arropa, la primera tienda de ropa reciclada y rediseñada de la Comunidad. Una experiencia piloto que nace fruto de la colaboración entre Cáritas, Círculo de Moda y la Escuela de Artes y Oficios de Valencia. La mayor parte de la oferta se centra en ropa de segunda mano tratada, aunque también hay un espacio dedicado al 'reciclaje creativo', del que se encargará un grupo de diseñadores valencianos que crearán colecciones a partir de ropa que Cáritas recoge.
Arropa abrió ayer su puerta. Màs de 400 prendas, que en su mayor parte cuestan entre cien pesetas y 1.500 pesetas, componen la oferta inicial del establecimiento. La tienda ocupa el bajo comercial de la que fuera casa natalicia de Vicente Tomás Tosca (Valencia 1651-1723), más conocido como el Pare Tosca o el capellà de les ratlletes, por su prolija actividad cartográfica. Eclesiástico, matemático, arquitecto, filósofo y físico, Vicente Tomás Tosca realizó en 1703 un detallado plano de la ciudad de Valencia cuyo original todavía se conserva en el Archivo Municipal de la ciudad. La casa, rehabilitada y en la actualidad de propiedad privada, estaba dentro de los límites de la antigua muralla de Valencia. Parte de un antiguo convento de monjas, el primer piso del edificio todavía mantiene el techo gótico. Un edificio emblemático que albergará un concepto, el de la venta de ropa de segunda mano, muy extendido en otros países pero todavía en ciernes en la Comunidad.
Sara y Fátima son dos de las 18 trabajadoras del proyecto Promodona, situado en Sagunto y que se dedica a la recuperación de ropa y al bordado. Promodona es, junto al proyecto Mare de Natzaret, uno de los dos talleres prelaborales (dirigidos al aprendizaje) que trabajarán para Arropa. Fátima defiende una iniciativa que ayuda a muchas mujeres a salir de su casa. Además, argumenta, 'la ropa es más económica, está limpia y separada por tallas'.
Los promotores del establecimiento defienden la triple intención del proyecto, de integrador laboral de sectores desfavorecidos, respuesta 'al problema medioambiental' que se genera con el excedente de ropa que en algunos casos termina en la basura, y como punto de venta de productos de calidad. Los beneficios que se obtengan se reinvertirán en el aprendizaje en los distintos talleres. Cáritas también quiere reducir, con este tipo de proyectos, la dependencia de las ayudas oficiales.
Y entre conjuntos de bebé, ropa para hombre y mujer, complementos e incluso algún vestido de novia, Arropa oferta un surtido de modelos rediseñados por los estudiantes de la escuela de Artes y Oficios de Valencia. La intervención de los diseñadores es una novedad en esta idea que cuenta con experiencias similares en el País Vasco, Aragón y Cataluña. La fórmula, además, sirve para dar salida a una pequeña parte de la gran cantidad de ropa usada que llega a Cáritas cada año. De hecho, la responsable del área de economía social y coordinadora del proyecto, Ana Soubrier, explica que anualmente los 60 roperos de la diócesis de Valencia pueden recibir más de 400 toneladas de ropa usada. Una auténtica 'avalancha' que crea problemas de almacenamiento.
Al otro lado de la calle, Lola, dueña de una cordería, mira con satisfacción a sus nuevos vecinos. 'Cuando era pequeña había de todo, pero entre las grandes superficies y que muchos jóvenes no han continuado, los negocios se han ido cerrando', comenta. Por eso, aunque ayer prefirió no entrar en Arropa 'porque estaba llena de gente' y a pesar de que nunca ha comprado ropa de segunda mano 'porque no ha surgido', asegura que no tiene ningún problema en hacerlo, 'porque hoy en día la tratan bien'.
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