Córdoba Omeya

Hemos visto por televisión la importancia dada a la exposición cordobesa dedicada al Esplendor de los Omeyas. La visita de los Reyes y del presidente de Siria han dado al acontecimiento cultural una dimensión señalada. La Consejería de Cultura así lo ha transmitido, como un verdadero y único acontecimiento. Bueno, no seré yo quien valore la calidad de los contenidos de dicha exposición; peritos y expertos habrá que lo hagan en sus justos términos. Sí comentaré algunas cosas que se me ocurren tras haber visitado durante tres horas el recinto de Madinat Al-Zahra y la exposición allí emplazada. Todo con el deseo de que por quien corresponda se mejore.

Los aparcamientos son reducidos para la posible afluencia de público que debería llegar los fines de semana. El transporte en lanzadera es netamente insuficiente, lo cual provoca esperas y molestias a un visitante que no tiene necesidad de soportar las mismas. Comprobamos la ausencia de defensas en los lugares de espera contra el implacable sol que a partir de ahora no nos abandonará en Andalucía, especialmente en Córdoba, hasta el final de la exposición en septiembre. Necesidad de una mejor organización y señalización de la visita, aspecto básico para conducir de forma sensata a varios miles de personas que visitarán la exposición diariamente. Podríamos hablar también de las informaciones de los contenidos expuestos: pocas, y de pequeña dimensión, lo cual impide una lectura cómoda.

Andalucía es tierra, ya lo sabemos todos, de larga y variada cultura histórica. Es oportuno que el Legado Andalusí y la Consejería de Cultura nos hayan organizado esta muestra sobre la Córdoba de los Omeyas, uno de los momentos más florecientes del talento humano, con vistas a atraer admiradores y turistas culturales. Pero no vayamos a creernos que somos los reyes del mambo. Las infraestructuras y servicios que rodean los grandes acontecimientos culturales deben ser diseñados con detalle y previsión a fin de que el visitante, destinatario de la celebración, pueda aprovechar al máximo su desplazamiento, su curiosidad y su tiempo. Córdoba, Madinat Al-Zahra y los Omeyas lo merecen.