Al ritmo del 'pop-corn'
El ambiente familiar marca el segundo concierto del 25º aniversario de EL PAÍS
El irresistible aroma de las palomitas recorría el pasado viernes el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Miles de adolescentes y muchos niños acudieron al concierto pop de EL PAÍS para ver en directo a Jarabe de Palo, Danza Invisible y, sobre todo, a La Oreja de Van Gogh. Una niña daba la mano a su madre, mientras con la otra agarraba con fuerza un paquete de brillantes gominolas. Otra bailaba al mismo ritmo que engullía el maíz inflado. No se servía alcohol pero los kinder sorpresa corrían como la pólvora.
Un honor
Pablo Benegas, guitarra de La Oreja de Van Gogh, afirmaba que para ellos es 'un honor' ser el primer grupo que ven en directo muchos niños. 'Nos hace mucha ilusión, somos un grupo alegre y optimista', añadía Benegas. Ricardo Fernández-Coto, un niño de ocho años que miraba muy serio a su madre bailar, era sin embargo un veterano: 'Ya he visto a Ricky Martin', afirmó muy serio. 'Pero La Oreja son los mejores. Tengo el compacto', aclaró.
Sara Parsons, hija de uno de los músicos de Juan Perro, se lamentaba sin mucha convicción por traicionar la senda rockera de su padre y exhibía orgullosa un autógrafo de Amaia Montero. 'Es que canta muy bien y es muy guapa'. 'Lleva llorando toda la tarde', confesó su madre, 'si no la traigo le da algo'. El look ceñido-recatado de la cantante de La Oreja de Van Gogh era el reinante entre las adolescentes. '¿Imitarme? No lo creo. Soy yo quien las imito a ellas', señaló la cantante de San Sebastián poco antes de salir al escenario madrileño.
El ambiente del segundo concierto que celebra los 25 años de El PAÍS fue fundamentalmente familiar. Un padre, cámara de bolsillo en mano, inmortalizó a sus dos hijas. Cuando surgió un amago de pelea entre las dos niñas fue rotundo: '¡Que os saco a la calle!'.
Y cuando Danza Invisible interpretó su versión de Yolanda, el padre -no fumador- improvisó un mechero más acorde con los tiempos: el móvil. Con el aparato encendido se lo puso en la mano a la niña para que lo agitara en plan lamparilla. Padre y niñas acabaron abrazados y cantando juntos. Fue un gran momento pop-corn. Sólo superado por las notas finales de la actuación de La Oreja de Van Gogh cuando interpretaron el Por qué te vas, de Jeanette. El toque retro entusiasmó a pequeños y grandes.
La periodista Gemma Nierga abrió la noche con la presentación del triple concierto y lanzó una curiosa advertencia: 'Cuidado con los que soñáis ahora que sois jóvenes, porque a lo mejor se cumple. La gente de EL PAÍS soñó con cumplir 25 años'.
Veinticinco años que son, como recordó un miembro de La Oreja de Van Gogh, los que ellos tienen. Y 25 años que doblan la edad de muchos de los que coreaban una a una todas las canciones del concierto. En realidad coreaban todo: desde un vídeo de Eminem (el polémico Stan) a Carolina de M-Clan. Desde el vídeo de Acnur en el que la ex secretaria de Estado de Asuntos Exteriores de Estados Unidos, Madelaine Albright, baila el Respect de Aretha Franklin a la mexicana Paulina Rubio.
En alguna ocasión La Oreja de Van Gogh ha declarado que son un grupo sencillo, que huye de 'lo pretencioso y apoteósico'. Lo de la noche del viernes en el Palacio de los Deportes de Madrid tuvo, sin embargo, algo de apoteosis. Quizá fueron los secretos efectos de las palomitas o también la contagiosa alegría de los que empiezan a bailar.
Babelia
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