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La izquierda de Italia teme las fugas de votos a los partidos marginales

Bonino y Di Pietro, decisivos en el futuro electoral de El Olivo

El principal (y a veces único) patrimonio político de estas formaciones son sus líderes, aunque los años estelares de Bonino o Di Pietro parecen superados. El ex magistrado Antonio di Pietro levanta todavía ovaciones cuando se desplaza por su región natal de Molise, denunciando, megáfono en mano, los errores de la izquierda y la amenaza de la derecha 'corrupta'. El que fuera héroe de Manos Limpias, el movimiento de jueces que destapó el escándalo de corrupción política conocido como Tangentopoli, financia su campaña electoral 'con el dinero que he ganado en los juicios por difamación que he interpuesto', según explica. Pero los tiempos han cambiado y el hombre que a mediados de los noventa presumía de contar con el apoyo del 85% de los italianos, aspira hoy todo lo más a superar la barrera del 4%, límite de votos para que un partido entre en el reparto proporcional de escaños.

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Su escasa habilidad oratoria y la brusquedad de su estilo han consumido gran parte de su encanto político en poco tiempo. Aun así, y por modesto que sea el resultado de su partido, la Italia de los Valores, nadie duda de que hará daño al centro-izquierda, la coalición en la que ha estado encuadrado hasta el invierno de 2000 como senador de El Mugello. Di Pietro se apartó furibundo de El Olivo tras la dimisión de Massimo D'Alema como primer ministro y la elección de Giuliano Amato como sustituto. Para el ex magistrado, Amato era únicamente la 'mano derecha' del difunto líder socialista Bettino Craxi y no estaba dispuesto a apoyarlo.

Otro líder incombustible que se ha negado a pactar con el centro-izquierda, aun a costa de ver precipitarse a su partido en las simas extraparlamentarias, es Fausto Bertinotti, secretario general del partido de Refundación Comunista, que se hizo famoso en 1998 cuando retiró su apoyo al Gobierno de Romano Prodi. Bertinotti hará también mucho daño a El Olivo, especialmente en la elección de los escaños del Senado, porque su partido ha presentado candidatos por el sistema mayoritario en todos los colegios, lo que significa que los militantes y sostenedores del PRC tendrán un nombre a quien votar y no apuntalarán con su voto a los candidatos del centro-izquierda.

'Bertinotti no sacará más de uno o dos senadores, pero nos hará perder diez', ha declarado amargamente el líder de El Olivo, Francesco Rutelli, ilustrando en términos prácticos la situación. En realidad, los expertos sostienen que el daño será mayor, y puede dar al traste con las esperanzas del centro-izquierda de limitar la victoria de Silvio Berlusconi a la Cámara de Diputados, dejándole en minoría en el Senado.

La Casa de las Libertades tendrá que afrontar también un enemigo interno, Democracia Europea. Una extraña amalgama de sindicalismo, catolicismo y conservadurismo que cuenta con el veterano Giulio Andreotti a la cabeza, en compañía del ex líder sindical Sergio D'Antoni. El peligro que representan con su opción centrista se hará más patente en el sur de Italia. Los votos que le arrebaten a la Casa de las Libertades, de Berlusconi, serán doblemente válidos, porque fortalecerán la posición de El Olivo en una zona vital para el triunfo de esta coalición.

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