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Schröder se queda solo en su plan para reformar las instituciones de la Unión Europea

Francia marca distancias con la propuesta demasiado 'federalista' del canciller alemán

La posición francesa se suma ya a otras críticas que, desde el pasado fin de semana, han tenido su origen en Londres, Madrid o Roma, donde existe una cierta unanimidad en señalar que el partido de Schröder propone 'una Europa a la carta alemana', como señaló un portavoz oficial en Bruselas. Suecia y Dinamarca también han expresado sus temores a la fórmula federal enunciada desde Berlín, y sólo algún pequeño país como Bélgica, también de organización federal, han mostrado su apoyo sin fisuras.

En síntesis, el SPD plantea que la UE elabore su propia Constitución y que la Comisión Europea se convierta en un verdadero Ejecutivo europeo, a la vez que apuesta por un segunda cámara parlamentaria que asumiría funciones del actual Consejo de Ministros de la UE. Esta segunda cámara, en la que estarían representados los Estados (similar al Bundesrat o Senado alemán), tendría competencias exclusivas en materia presupuestaria, incluida la Política Agraria Común, la de mayor peso en la Unión.

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A la vez, el SPD, siguiendo el esquema registrado entre el Ejecutivo alemán y los länder, propone que los Gobiernos europeos recuperen competencias que hoy están en manos de la Comisión Europea, como las políticas sobre fondos estructurales o ayudas regionales. Así, las iniciativas para profundizar en la construcción europea tienen como contrapartida el recorte de competencias a una Comisión aunque pase a llamarse Ejecutivo.

Las críticas más claras, procedentes sobre todo del Reino Unido o Suecia, se centran en la pérdida de soberanía que para los Estados supondría una fórmula de ese tipo. Para Francia, se produciría 'un desequilibrio' en el papel que deben jugar los Estados. En el caso de Italia, no debe hablarse tanto de reformar las instituciones como de saber qué debe hacer la UE a favor de los ciudadanos europeos. Según Austria, no es deseable la creación de 'un superestado europeo'. Para España, la renacionalización de competencias perjudicaría a los países menos ricos. No es casual que, ante este panorama, el diario alemán Süeddeutsche Zeitung haya llamado a Schröder 'el europeo solitario'.

Pero el documento socialdemócrata alemán, alabado también por Los Verdes y los demócratacristianos de ese país, cuenta también con nítidos apoyos en el seno de la UE. De entrada, el Parlamento Europeo, que apuesta por un proyecto constitucional para la Unión, ha saludado la aportación alemana, especialmente en el Grupo de los Socialistas Europeos, presidido por el español Enrique Barón. Entre los comisarios europeos, que ayer intercambiaron sus puntos de vista al respecto, existe unanimidad al valorar que Alemania lance sus ideas en un momento en el que el debate abierto hace unos meses sobre el futuro de Europa aún no ha recibido contribución alguna por parte de Gobiernos de peso como los de Francia, España o Italia. Por eso, el comisario de Política Regional, el francés Michel Barnier, calificó de 'audaces' las posiciones alemanas y mostró su deseo de que París y Berlín animen el debate sobre el futuro de la Unión, que debe concluir en el año 2004.

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Además, la difusión del informe del SPD ha traído de nuevo a primer plano algunas ideas manejadas en los últimos meses y que ahora cobran de nuevo actualidad entre los Gobiernos europeos. Así, va ganando adeptos la posibilidad de que, en el seno del Consejo de Ministros de la UE se establezca un órgano permanente integrado por viceministros de Exteriores o secretarios de Estado que elevaría el rango político del actual Comité de Representantes Permanentes para hacerlo más ágil y operativo.

Asimismo, el debate, con la vista puesta en la próxima ampliación de la UE, incluye ahora la posibilidad de poner fin al sistema según el cual cada país debe presidir la Unión, por riguroso orden, cada semestre. Con una Europa ampliada, a cada país le correspondería una presidencia cada 14 años, extremo de difícil digestión para Alemania o Francia. Tan difícil como que la Unión sea presidida por países como Malta o alguno de los países bálticos.

Con la fórmula actual se producen paradojas tan criticables como la registrada ayer en Bruselas: el primer ministro belga, el liberal Guy Verhofstadt, presentó los 16 objetivos de la próxima presidencia belga (de julio a diciembre), que en buena parte tienen poco que ver con la actual presidencia sueca, a la que aún le restan dos meses de mandato.

Respaldo de Bélgica

Por otro lado, el Gobierno federal belga mostró ayer en Bruselas su apoyo claro a las ideas lanzadas desde Berlín por el SPD sobre el futuro de la UE tras la ampliación hacia la Europa del Este, informa Sandro Pozzi. 'Sus propuestas están en la misma amplitud de frecuencia y van en la misma línea que el discurso que yo mismo hice el año pasado', declaró el primer ministro belga, Guy Verhofstadt.

Bélgica asumirá a partir del próximo 1 de julio y hasta final de año la presidencia de la UE. Verhofstadt pretende que los Quince firmen en la Cumbre de Laeken (14 y 15 de diciembre) una declaración sobre el futuro de Europa 'que vaya más allá de las cuatro prioridades pactadas en el Consejo de Niza' durante la negociación del reparto de poderes en una UE ampliada.

'La propuesta alemana es un apoyo formidable a lo que queremos conseguir en esa declaración e indicar la dirección del debate', añadió. El primer ministro belga no quiso entrar en más detalles pero dejó claro que, entre los 16 puntos de los que consta su programa de trabajo durante los seis meses de presidencia al frente de la UE, la discusión sobre el futuro de la Unión ocupará un lugar prioritario junto a los preparativos para la introducción del euro y en los esfuerzos por hacer avanzar la agenda social.

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