Aitana Sánchez-Gijón esconde su feminidad en la película 'Mi Dulce'

En el barcelonés barrio del Raval, con su mestizaje derivado de la inmigración, su bullicio y su violencia, transcurre el segundo largometraje del realizador Jesús Mora, Mi Dulce. Es un barrio que marca el carácter de los personajes de esta historia, escrita por el joven guionista Iván Morales, y será el escenario en el que las protagonistas, Aitana Sánchez-Gijón -que se aleja en este filme de su registro habitual al ocultar su feminidad- y Bárbara Goenaga, descubrirán la frágil frontera entre el amor y el odio.

El filme, que se estrena mañana, está interpretado además por Santiago Ramos, Unax Ugalde y Arianna Puello. Mi Dulce muestra una faceta poco conocida de Sánchez-Gijón. Para interpretarla, la actriz se cortó su famosa melena y se puso una coraza para ocultar sus sentimientos. 'Aitana estaba buscando ese cambio de registro, porque, antes que nada y más allá de su imagen de estrella, es una actriz. Y para lograr el cambio tuvo que buscar dentro de sí misma, ocultar un poco su feminidad y construir un personaje que se protege y se blinda ante el mundo exterior', señaló ayer el director en la presentación del filme en Barcelona, a la que Sánchez-Gijón no acudió a causa de su reciente maternidad.

En el filme, la actriz da vida a Ángela, una dura policía que patrulla por algunos de los rincones más sórdidos de la ciudad con un compañero curtido por el oficio (Santiago Ramos). Reparte su tiempo entre su trabajo, su afición a componer canciones con su guitarra y el cuidado de su hermana Laura (Goenaga), una adolescente rebelde. La madre de ambas las abandonó y el padre quedó incapacitado para llevar las riendas de su familia. Ángela se volcó, pues, en su hermana. Pero un día Laura recibe una carta de su madre, instalada en Holanda, en la que le asegura que la echa de menos. La joven decide ir a su encuentro, pero Ángela no está dispuesta a perder a la única persona que le importa.

En Mi Dulce, aunque poblada por adolescentes que bordean la delincuencia y no saben muy bien qué hacer con sus vidas, no hay personajes demasiado buenos o demasiado malos. 'Hay jóvenes con cierta crueldad y mayores que tienen sus sueños', explica Mora. Y añade que en la película 'lo importante son los personajes'.

Mi Dulce, que ha contado con un presupuesto de 300 millones de pesetas, ha sido seleccionada para participar en los festivales de cine de Toronto y Moscú.