El Gobierno de CiU subvenciona un montaje de danza de 100 millones

La Accat, entidad presentada durante la conmemoración de los 20 años del Congrés de Cultura Catalana y consagrada 'a lograr que la ciudadanía conozca y valore Cataluña a través del patrimonio lingüístico, cultural y social' (en su día organizó la sardana más grande del mundo), se ha embarcado en Catalunya, 1.000 anys m+s mediante la creación de la Associació Promotora d'Espectacles Cívics i Culturals. La producción del montaje corre a cargo de la empresa Managament.

Gallart dijo a este diario que el presupuesto, que 'se ha disparado' y rondará los cien millones, 'se está cocinando' y que 'la parte más importante saldrá de empresas privadas' -'no queremos quedar ceñidos a la Administración', afirmó-. Al preguntársele qué empresas, citó a Radio Taxi. La documentación del espectáculo incluye también como colaboradoras a Caixa de Catalunya, El Periódico, TV-3 y Catalunya Ràdio. 'Buscamos más empresas', señaló Gallart, que destacó el financiamiento 'mixto' del montaje y añadió que la colaboración de muchos departamentos de la Generalitat está por confirmar. 'Nos gustaría que ayudara también el Departamento de Cultura', apuntó. El espectáculo, que se estrena dentro de dos semanas, se está ensayando desde hace un mes y medio.

Catalunya, 1.000 anys m+s une música, audiovisual, efectos especiales (incluso olores) y sobre todo danza para ofrecer 'momentos significativos' de la historia de Cataluña en un espectáculo hecho 'con visión moderna y muy abierta', según Gallart. Una niña es el nexo de unión de las escenas, dedicadas a evocar simbólicamente asuntos como la lengua, la arquitectura, el territorio y las artes de Cataluña. El montaje ha requerido la creación de una nueva compañía de danza de 22 bailarines, reunida a través de audiciones. Se pretende que, tras los cuatros días en el Palacio de los Deportes (las entradas costarán de 2.000 a 3.500 pesetas), el montaje gire 'como embajada artística de Cataluña'. 'Se trata 'de explicar dentro y fuera del país qué es Cataluña'.

El montaje llega a la cartelera en un momento en que se discute la política teatral de la Generalitat y el Teatre Lliure atraviesa una crisis por carecer de presupuesto para abrir su nueva sede (le faltan precisamente unos cien millones de pesetas). Por su parte, las compañías de danza catalanas se quejan de que disponen de subvenciones exiguas que las abocan a la precariedad e incluso a la desaparición. En esa tesitura, la participación millonaria de la Generalitat en una aventura como Catalunya, 1.000 anys m+s es calificada de 'aberrante' por miembros destacados del sector. 'Si otros proyectos mucho más sólidos no reciben ayuda, éste no debería tenerla', afirman. Además un conocido coreógrafo catalán manifestó a este diario que no comprende cómo recibe dinero público un espectáculo que, a su entender, no reúne las suficientes garantías profesionales.

'Explicar con movimiento, con cuerpo, con danza el concepto de Cataluña, ésta era la primera premisa del espectáculo', explica el director artístico del mismo, Joan Riera. 'Sobre todo, transmitir una gran dosis de sentimiento por la tierra'. Riera, que desde 1986 a 1991 fue ayudante de dirección de Josep Maria Flotats en la etapa en el Poliorama, ha trabajado recientemente como coordinador con La Fura dels Baus y ha dirigido varios espectáculos de pequeño formato en salas alternativas.

La coreografía del espectáculo es de Silvia Cuesta y la música del conocido compositor Carles Cases, autor de numerosas bandas sonoras. Entre los 22 bailarines hay algunos que han estado vinculados a compañías de danza contemporánea de Cataluña. También figuran bailarines de otros países y culturas 'para hacer multiétnica la formación, al estilo del nuevo anuncio de la campaña Som més de sis millons'.

El director del montaje destacó que está dirigido 'a un público muy amplio, como Lord of the dance', y que será 'muy exportable'. Explicó que muestra la historia de Cataluña en 15 escenas más o menos cronológicas, 'a partir de la llegada de barcos cartagineses y romanos'. La historia 'es como un libro en las manos de una niña y en el que ésta va entrando como en los relatos de Lewis Carroll'. La guerra civil se simboliza con una columna de exiliados mientras suena el Cant dels ocells y se ve en sombras chinescas a Pau Casals tocando el violonchelo, que es una bailarina.

A lo largo del espectáculo, que juega con elementos videográficos y efectos escenográficos y se desarrolla en un escenario de 24 metros de ancho, los danzarines encarnan a Sant Jordi, dragones y princesas, o se convierten a través de la expresión corporal en elementos como letras o piezas de construcciones de Gaudí. También se representa la pintura de Miró, Tàpies, Dalí y Viladecans. La leyenda de las cuatro barras se escenificará 'al estilo del Camp Nou', con largas bandas desenrolladas sobre el público.