El 55% de recién titulados trabaja eventual
Las mujeres acaban sus estudios antes pero tienen más dificultades en la búsqueda de empleo
El factor tiempo actúa en favor de los titulados universitarios, según se deduce del estudio Seguimiento de las trayectorias ocupacionales de los titulados en las universidades Jaume I, Valencia (EG) y Alicante. El informe, que ha seguido los itinerarios laborales de más de 8.000 licenciados a lo largo de ls años noventa, revela que sólo el 13% de los egresados en 1999 tiene un empleo de calidad, en tanto que trabajan en precario un 55%. Las cifras son mucho más favorables para los que acabaron sus estudios entre 1992 y 1995: Un 37% tiene un 'buen empleo' , mientras que trabaja en precario un 49%.
Las estadísticas del informe reflejan también que las mujeres acaban sus estudios en un plazo inferior al de los varones, pero registran una 'tasa de actividad algo menor, tasas de paro más altas, menor adecuación al trabajo y la titulación de origen, contratación eventual más elevada y mayor participación en el trabajo a tiempo parcial'.
Los estudiantes de las universidades de Alicante, Valencia y Castellón que se titularon entre 1992 y 1995 tardaron una media de 15 meses en hallar su primer empleo remunerado, más de doble de tiempo que aquellos que obtuvieron su título en 1999. Éstos últimos estaban trabajando apenas 6 meses después de titularse. Los egresados entre 1996 y 1998 se sitúan entre ambos extremos ya que, de media, tardaron algo más de 9 meses en obtener su primer empleo. La permanencia en el mercado laboral es determinante en muchos casos. Las tasas de actividad y ocupación son mayores cuantos más distancia hay entre el año de titulación del presente. Con la tasa de paro ocurre al revés, ya que quienes acabaron en 1999 son los que arrojan un porcentaje mayor de parados.
La precariedad laboral también parece 'suavizarse' con el paso del tiempo. Así, mientras el índice de precariedad de los titulados entre el 92 y el 95 que actualmente tienen contrato es del 56,9%, cifra que se incrementa al 80,6% para los titulados más recientes del 99. Todo ello indica que el paso del tiempo lleva a una mejora en las condiciones de inserción iniciales y favorece un ajuste paulatino entre cualificación y empleo. Con todo, la media de precariedad entre los egresados está en el 55%.
En cualquier caso, las mujeres universitarias llevan las de perder: 'Tasa de actividad algo menor, tasas de paro específicas más altas, menor adecuación del trabajo y la titulación de origen, contratación eventual más elevada y mayor participación en el trabajo a tiempo parcial', son algunas de las conclusiones a las que ha llegado el informe sobre la trayectorias ocupacionales de los universitarios de coordinado desde la universidad Jaume I. Todo ello, pese a que la presencia de la mujer en la universidad se ha equiparado, incluso superado globalmente a la de los hombres. Tal como destaca el informe, en el área científico-técnica, pese a que se mantiene la 'tradicional mayoría masculina', la distribución no está ya tan lejana de la paridad y que 'las mujeres siguen estrategias familiares de colocación similares a las de los hombres también en el área técnica'.
Las estadísticas dicen que las mujeres acaban sus estudios en un plazo inferior al de los varones y que el origen social medido por el nivel de estudios de los padres, 'se manifiesta como una variable claramente influyente en los logros académicos'. El índice de los que obtienen 'aprobados' es muy semejante sea cual sea el nivel de estudios de los progenitores, pero obtienen más 'sobresalientes' cuando uno o ambos padres ha sido universitario.
Precisamente el informe revela cómo la calificación media obtenida ejerce una influencia en la posibilidad de obtener un primer empleo acorde con el nivel de estudios con una influencia, además, duradera. Esto lo convierte, junto con la titulación elegida, en casi el único factor estrictamente académico que determina la trayectoria laboral posterior. La formación adicional postgrado, prácticas y estancias en el extranjero no favorecen la ocupación aunque sí un trabajo más idóneo.
La clave para aquellos que piensen en el futuro laboral parece situarse en el momento de optar por una titulación u otra. Teniendo encuenta seis variables diferentes, el estudio ha agrupado las titulaciones según los resultados laborales. En el primero (A) se encuentran las carreras cuyos titulados obtiene peores resultados laborales y entre ellas figuran Filosofía, Geografía e Historia, Biológicas, Psicología, Trabajo Social y Turismo. En situación diametralmente opuesta (C) se hallan carreras como Arquitectura Técnica, Diseño Industrial, Educación Física, Físicas, Ingeniería Electrónica, Matemáticas, Medicina, Obras Públicas, Odontología o Informática. Entre ambos grupos existe una posición intermedia (B) para Comunicación Audiovisual, Derecho, Enfermería, Pedagogía, Traducción o Filología. La elección de carrera no evita que el primer empleo del 92% de los universitarios sea precario. Pero este índice aumenta hasta un 95,6% cuando se trata de las titulaciones del grupo A y se rebaja al 91,9% cuando son del grupo C.
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