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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Concejal de Asuntos Religiosos

Durante la pasada Semana Santa, 16 procesiones y dos vía crucis en las calles de Madrid han celebrado los eventos acaecidos ahora hace 2.000 años. Esta noticia pasa inadvertida porque en estas fechas es lo lógico y natural. Nadie se puede extrañar. Pero lo chocante es quién avala, propicia e impulsa estas celebraciones litúrgicas, correspondientes a la Iglesia católica.

Este programa de actos ha estado organizado por el Ayuntamiento y presentado por el concejal de Cultura, Educación, Juventud y Deportes, Fernando Martínez Vidal. Observando la naturaleza de los actos organizados, es evidente que este concejal, además, es responsable de la Concejalía de Asuntos Religiosos. Si las procesiones y los vía crucis penitenciales se consideran cultura, ¿de qué se han ocupado los obispos y el clero durante esa semana? ¿Cómo se entiende esta contaminación entre la liturgia y el espectáculo?

No obstante, tiene muy clara explicación. Con este trabajo de colaboración entre la Iglesia y el Ayuntamiento, lo que han hecho es una puesta en escena del pretendido maridaje Iglesia-Estado, y la alianza Trono-Altar, al margen de la Constitución. Que es laica, que no seglar. Esta interpretación sin duda toma parte de las exigencias de conciencia de Álvarez del Manzano.

El alcalde de Madrid es incapaz de gobernar olvidándose de su tributo a los preceptos de la Iglesia católica. Es incomprensible que este Ayuntamiento se ocupe de este tipo de hitos culturales y se olvide de dar una respuesta a la juventud atrapada por el alcohol y sin alternativa posible a sus fines de semana.

También es extraño que la oposición de izquierdas quede callada ante la opinión pública, cuando el Ayuntamiento desvía esfuerzos de organización hacia acontecimientos ajenos a los mandatos constitucionales.

Es verdad que quien gobierna es la derecha. Pero este alcalde podría ser de derechas, católico y penitente, pero el bastón de mando que ostenta se lo ha otorgado el pueblo, no la gracia de Dios.

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