Gusinski abandona España tras la nueva acusación rusa

El magnate ruso de la comunicación Vladímir Gusinski, que ha visto evaporarse en los últimos diez días su imperio mediático tras las acometidas del Kremlin, abandonó ayer España para viajar a Israel, según confirmó a este periódico su despacho de abogados. Su viaje se produce pocas horas después de que la fiscalía rusa ordenara de nuevo su captura, esta vez por supuesto delito de blanqueo de dinero, tras fracasar ante la Audiencia Nacional con su anterior acusación.

Gusinski viajó el lunes desde su mansión de Sotogrande, en Cádiz, donde vive exiliado con su familia, hasta Madrid, donde se reunió con su equipo de abogados, almorzó en un conocido restaurante y partió de nuevo a Cádiz. Ayer por la mañana viajó a Gibraltar, donde también tiene residencia. Desde allí iba a volar anoche hacia Israel. Gusinski, que además de ruso es ciudadano israelí, tiene también negocios de comunicación en Israel. En Gibraltar, como reconoció en una entrevista a EL PAÍS la semana pasada, tiene varias compañías.

La Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional dictó el día 18 un auto por el que deniega la extradición a Rusia, que lo reclamaba por un supuesto delito de estafa agravada. Fracasado ese intento, la fiscalía rusa solicitó el lunes de nuevo su detención, esta vez por supuesto blanqueo de 100 millones de dólares (18.000 millones de pesetas). También el lunes, Gusinski quedó en libertad sin cargos al transcurrir el plazo de recursos sin que se presentara ninguno.

'Ni Gusinski ni su representación legal han recibido notificación alguna que modifique su situación de libertad sin cargos, que fue decretada ayer con carácter de firme y, por tanto, no recurrible, por la Audiencia Nacional', manifestó ayer un portavoz de Plazas Abogados, el despacho que ha defendido a Gusinski en España tras su detención, en diciembre. En su entrevista con este periódico, Gusinski anticipó que, pese a la buena noticia de la negativa a la extradición, el Kremlin iba a perseguirle e intentar destruirle allá donde fuera. Sus medios han sido los únicos críticos con Vladímir Putin, presidente ruso.