El arte de los postres o cómo aplacar los antojos del paladar

El curso del maestro pastelero Francisco Torreblanca sobre cómo utilizar el azúcar en la elaboración de postres o en la decoración no es una excepción en los circuitos madrileños de restauración. Los futuros aprendices de cocineros tienen varios sitios en Madrid a los que acudir si lo que quieren es especializarse en postres y diversos antojos para el paladar.

La Escuela Superior de Turismo y Hostelería, situada en la Casa de Campo y con más de cincuenta años de vida, ofrece, dentro de su plan de estudios de grado medio, la titulación de Técnico en Pastelería y Panadería. En estos estudios, de un año de duración aproximadamente y con la posibilidad de hacer prácticas en empresas, los cocineros aprenden a elaborar dulces, panes, bebidas no alcohólicas y pastelería salada.

También en esta escuela se enseña a los alumnos, como en el curso de Francisco Torreblanca, a presentar los postres de la mejor manera posible y a montar escaparates con el motivo central de la repostería.

'Los estudiantes suelen interesarse bastante en el tema de la pastelería. Es una buena salida laboral. Aunque primero prefieren dominar las cosas fáciles (natillas, flanes y demás), antes de aventurarse en hacer postres más sofisticados', explica Paco Cuenca, antiguo alumno de la Escuela de Hostelería y Turismo y en la actualidad jefe de cocina y propietario de un bar.

Otro centro que también da clases sobre el arte de conseguir los mejores dulces a los futuros cocineros es la Escuela de Pastelería de la Comunidad de Madrid, en el paseo de Santa María de la Cabeza, 58.

La Asociación de Cocineros y Reposteros de Madrid, situada en la calle Mayor, 46-48, ofrece asimismo, dentro de sus distintas actividades, diversos cursos sobre pastelería.

Fuera de la capital, algunos de los lugares donde se imparten clases de elaboración de postres son la Escuela de Hostelería de Moralzarzal y la Escuela de Hostelería de Aranjuez.