'Medidas correctoras legales'

En su visita, en el mes de enero, a las factorías supuestamente contaminantes, los agentes del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) observaron que ambas plantas (Hormicemex, SA, y Steeley Iberia) no son cementeras, sino que su actividad se centra en la fabricación de hormigón.

El empleado de una gasolinera próxima a ambas plantas comentó ayer, coincidiendo con otros vecinos de la zona, que cuando los camiones descargan los áridos, se levanta 'mucho polvo'.

El Seprona descubrió, además, que la descarga de grava y arena se efectúa en unos silos subterráneos de obra que posee la industria, y que tales áridos son transportados desde los silos, a través de una cinta, hasta la báscula de pesaje, lugar en el que se lleva a cabo la dosificación de materiales.

La descarga del cemento se realiza, según el informe del Seprona, en un depósito existente en la torre de control y por un sistema de aspersión (aire a presión). En la parte superior de la torre hay una báscula de pesaje de áridos y otra para el cemento, que es totalmente hermética, agrega el informe. Una vez pesados los materiales, éstos se vierten junto con agua a una tolva donde se efectúa el amasado. Y desde allí se carga el hormigón en los camiones.

Durante la inspección, los agentes observaron la existencia de un sistema de captación de polvos en la explanada de actividad, que recoge las partículas que se originan en la torre de pesaje.

El proceso de elaboración del hormigón en Steeley Iberia es similar al de Hormicemex, SA, según el Seprona. En ambos casos, los agentes comprobaron que tanto una como otra empresa 'cumplen las medidas correctoras' que se les han exigido 'desde el departamento de Calidad Ambiental del Ayuntamiento de Madrid' con el fin de adaptar su actividad a la Ley 38/72 de Protección del Medio Ambiente Atmosférico, así como a la Ordenanza Municipal de Protección del Medio Ambiente Urbano.

La empresa Hormicemex, SA, tiene instalados en sus proximidades dos captadores de materia sedimentable desde hace varios años. Uno, situado en un pequeño jardín, delante de un edificio de viviendas ubicado a 25 metros de la factoría. El otro captador se levanta en una azotea próxima.

Este periódico intentó ayer, sin éxito, recabar la versión de algún responsable de cada una de las factorías.