Aznar perdurable
Escribo desde Pekín, donde todo son preparativos para la candidatura de la ciudad a los Juegos Olímpicos de 2008. El aeropuerto, las calles, los transportes, el metro, los hoteles, las instalaciones deportivas, por todas partes proliferan los signos de la inminencia. Se diría que la antorcha estuviera a punto de llegar a la ciudad, cuando en el mejor de los casos le quedarían siete años. Pero estos asuntos y otros que llenan el panorama periodístico de aquí, como el del avión espía norteamericano y la venta de armas de EE UU a Taiwan, deben ceder ante unas declaraciones como las del nuevo ministro de la Presidencia español, Juan José Lucas, a María Antonia Iglesias en la edición de EL PAÍS del pasado domingo. Se trata de un estímulo tan fuerte que, a pesar de la distancia, resulta irresistible. Mira que parecía haber quedado claro que este asunto de la sucesión no tocaba, según se advirtió en la ejecutiva, o como se llame, del Partido Popular por el propio interesado con toda solemnidad. Pues, que si quieres arroz. Llega el ministro que tiene más altas las transaminasas de la sumisión al presidente y en las primeras declaraciones que se le conocen vuelve a la carga sobre la fruta prohibida.
Empieza el ministro con el casticismo de 'soy de los que piensan', reconoce, a continuación, que el debate sucesorio es ahora prematuro y enseguida se desdice lanzándose a sus propias consideraciones sobre el particular. La primera es que, llegado el momento, deberá haber un debate en el 'interior del partido' de forma seria y responsable, un debate en el que 'los castellanos' algo importantes tendremos que decir, señala el ministro, incluyéndose entre ellos. Claro que, aguas abajo, se declara seguro de que el próximo candidato del PP a la Presidencia del Gobierno será una persona con un grado de entendimiento personal y político con Aznar muy intenso, de forma que, aunque la bicefalia 'no es una situación ideal para el PP', todo depende de que Aznar dé con una persona que le garantice una absoluta ausencia de conflictos con él como presidente del partido. En breve, que el declarante se considera entre los llamados a debatir en el 'interior del partido' y además se atribuye algo importante que decir. Algo importante, pero al mismo tiempo, como enseguida se comprueba unas frases después, de absoluta irrelevancia al establecerse por el ministro que 'todo depende de que Aznar dé con la persona'.
Por eso es clave comprobar cuáles son los criterios de idoneidad funcional que Juan José Lucas exige a la persona que vaya a ser designado candidato a la Presidencia del Gobierno: ofrecer garantía absoluta de ausencia de conflictos con el presidente del PP, es decir, con Aznar. Obsérvese que, si se prescinde de los términos eufemísticos en que ha sido expresada, esa condición equivale a la de sumisión a todo trance del que alcanzara la presidencia del Gobierno hacia el que se da por descontado que se mantendría en la presidencia del Partido Popular. A partir de ahí podría decirse sin exagerar que se busca como candidato nada menos que a la Presidencia del Gobierno a una criaturita con especial voto de obediencia al presidente del PP. Porque, ésa es otra, el nuevo ministro de la Presidencia se manifiesta como si estuviera en el secreto para afirmar con rotundidad que Aznar seguirá al frente del PP. En todo caso, eliminemos cualquier preocupación porque todo depende en exclusiva de que Aznar dé con esa persona-garantía. A los demás, dentro o fuera del PP o de la ejecutiva, sólo les quedaría rezarle al Espíritu Santo para que ilumine al líder en tan difícil y decisivo trance.
De todas formas, por si el anuncio de retirada, es decir, por si la renuncia de Aznar a presentarse de nuevo para encabezar las listas del PP en las generales de 2004 estuviera alentando a los renegados que por todas partes acechan, el ministro Lucas descarta una situación complicada para Aznar porque, 'aunque no sea el presidente del Gobierno, tendrá en sus manos todo el poder del partido'. Así que aviso a los navegantes y el próximo martes hablaremos de cómo lo importante es tener en la mano la cáscara del huevo... ¡Cómo se explican algunos!
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