Citibank quiere comprar una red de 300 oficinas

El año pasado, Citibank presentó beneficios por primera vez en los 18 años que lleva establecido en España. Aunque la cifra no fue escandalosa -la entidad tuvo un beneficio neto de 412 millones de pesetas-, el presidente de la entidad, Charles del Porto, asegura que supone un cambio definitivo de rumbo en la marcha de la entidad y que sus previsiones son muy optimistas para este año y el siguiente ejercicio (ver cuadro).

Por primera vez, el máximo responsable de Citibank se atreve a afirmar que la entidad está afinada en gastos y bien enfocada, una vez que se ha centrado en la banca personal como asesor de inversiones. Por el momento, Citibank renuncia a conceder créditos directamente a sus clientes, aunque sí lo hace a través de intermediarios, como los agentes de la propiedad y promotores. En el futuro estudia entrar en ese campo, 'pero sólo en los créditos al consumo, que son los únicos que tienen margen en España', comenta Del Porto.

Para todos estos planes, 'no podemos seguir con una red de 74 oficinas como hasta ahora. Tengo licencia de la entidad matriz y los fondos suficientes para adquirir una red de 300 oficinas, porque seríamos más rentables si nos convertimos en un banco mediano con presencia significativa en toda España', afirma el presidente de Citibank España. Este ejecutivo no cree que Internet acabe con las sucursales: 'El contacto físico seguirá siendo fundametal en este negocio', explica.

Del Porto no quiere hablar de posibles compras, aunque aclara que no les sirve cualquier red de sucursales 'porque no somos un banco generalista, sino especializado', dice.

Pero para llegar hasta aquí, el camino seguido por el presidente de Citibank España ha sido largo. Tomó las riendas de la entidad en febrero de 1998, con la moral de la plantilla por los suelos.

Con este ambiente, su máxima preocupación no era cambiar la estrategia para poner la entidad en beneficios, 'sino que los empleados recuperen la ilusión y casi diría el orgullo por trabajar en Citibank, además de cortar las constantes fugas de ejecutivos', según el presidente del banco americano.

Con este objetivo, Charles del Porto anunció que su presencia en el banco sería definitiva, al contrario de lo que había pasado hasta entonces con sus antecesores; es decir, Del Porto no se marcharía a los tres o cuatro años, como había sucedido antes, siguiendo la carrera interna que tiene establecida Citibank.

'Con este gesto quise decirles que estaba convencido de que Citibank podía dar beneficios y que, si no lo hacía, no era culpa de los empleados, sino de una estrategia equivocada. Éste era un banco pequeño con estructura de entidad grande', según Del Porto.

Su primer paso fue volcarse en la formación de los empleados, modificando los planes que existían hasta entonces. Además, realizó otras medidas como revulsivo, dirigidas a la salud de los empleados. Citibank construyó un gimnasio en la sede del banco en Madrid, prohibió fumar en el interior del edificio y estableció la colocación de manzanas repartidas por las mesas de todas las plantas.

'Me encontré con un banco que tenía 10 años de retraso respecto a los competidores. Ellos habían realizado ajustes de plantilla y renovación de los equipos informáticos, y Citibank España no tenía resueltos estos problemas', comenta Del Porto.

En consecuencia, otra de sus medidas fue prejubilar a 200 trabajadores, con un coste de 6.000 millones de pesetas. El siguiente paso fue apoyar el establecimiento de un centro informático para todas las filiales de Citibank en Europa, que esté radicado en Barcelona. Tras fuertes procesos selectivos, Citibank lo aprobó y ya está en marcha. El objetivo es abaratar costes, ya que el centro es una plataforma para todas las filiales.

Si le salen bien las cuentas a Del Porto, Citibank debe terminar este año entre los 20 primeros bancos españoles por beneficios, con una rentabilidad sobre recursos propios (ROE) del 20%. El crecimiento seguirá fuerte este ejercicio. Entre los objetivos de la entidad están elevar entre el 20% o el 30 % el patrimonio en fondos, entre el 20% y el 40% los depósitos, y un 30% o 40% los créditos concedidos a través de intermediarios.