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La banda más ancha... y más cara

La escasa competencia hace de España el país de la UE con la factura más elevada por el acceso rápido a Internet

Tenemos el ancho de banda más caro de Europa'. Juan Francisco Marchán, consultor asociado del Grupo Penteo, asesor de empresas en materia de tecnologías de la información y comunicaciones, señala uno de los obstáculos que dificulta en España el despegue de la sociedad de la información y de los nuevos servicios ligados a Internet.

Para una empresa que quiera contratar con un operador el acceso a la Red a gran velocidad (para hablar de banda ancha, los expertos coinciden en que el mínimo de velocidad debe alcanzar los 2 megabits por segundo), la factura se le disparará más en España que en cualquiera de sus vecinos de la Europa comunitaria.

Según las estadísticas de Eurodata, comparadas en base a las tarifas del primero de diciembre del año 2000, el coste mensual de las líneas a 2 megabits por segundo para una distancia de 300 kilómetros roza los 9.000 euros (casi un millón y medio de pesetas), unos 2.500 euros más que en el Reino Unido o en Italia, todavía a mayor distancia de países como Bélgica o Francia y aún más lejos de los países más baratos (Dinamarca o Noruega).

Las empresas que contratan banda ancha para una distancia de 300 kilómetros pagan hasta 9.000 euros al mes en España -

La desventaja de costes de España se refleja también, aunque en proporciones inferiores, en los circuitos a menor distancia. Dos megabits a 30 kilómetros, por ejemplo, suponen un coste al mes de 3.000 euros (medio millón de pesetas), el mayor precio de la UE. Los países que siguen a España en este caso son Holanda y Grecia, mientras para el resto, ronda los 1.500 euros. A una distancia de 3 kilómetros, España ocupa, con 1.300 euros, el segundo lugar en la clasificación por coste mensual, tras Holanda.

El elevado precio de las comunicaciones de banda ancha está detrás de la escasa penetración de este tipo de servicios proyectada para el año 2005 que arroja un reciente estudio realizado por la firma Jupiter MMXI.

Mientras que en los países más baratos (caso de Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca) la penetración actual (de un 2,3% del total de los hogares) se disparará en cinco años hasta alcanzar un 30% en cinco años, el país más caro, España, en este periodo sólo pasará del actual 0,2% de los hogares con acceso a Internet a gran velocidad a un 8%.

'El principal problema que tiene Europa, y, España en particular, es el insuficiente grado de competencia en el mercado de las telecomunicaciones', señala Staffan Engdegard, analista de Jupiter MMXI. Si con pocos operadores en escena en abierta competencia siempre es difícil que los precios bajen, Engdegard añade que, en la actual fase inicial de la banda ancha, los operadores quieren recuperar rápido, cargándolas al consumidor, las altas inversiones que han debido hacer para construir sus infraestructuras.

Usos desconocidos

El coste es el primer freno a la hora de contratar líneas de comunicaciones de banda ancha en España, pero no el único. El desconocimiento del consumidor sobre los servicios que supone poder conectarse a Internet a una velocidad de 2 megabits por segundo es otro de los factores que dificulta el despegue de la banda ancha. Una encuesta de Jupiter MMXI, medidora de audiencia de Internet a 3.500 consumidores europeos, revela que la razón principal por la que instalarían una conexión de banda ancha sería mantener la línea de teléfono libre mientras se conectasen a la Red. Sólo un tercio pensó en un acceso más rápido a Internet. Apenas se mencionan la comunicación interactiva, la conectividad constante o las aplicaciones de vídeo.

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