_
_
_
_
_

Cassà desencalla la línea de Enher de las Gavarres en un pleno muy crispado

La línea de alta tensión de las Gavarres, que debe conducir 110 kilovoltios de energía eléctrica desde Juià a Castell d'Aro, tiene desde ayer un obstáculo menos. En un pleno celebrado en el Ayuntamiento de Cassà de la Selva en el que afloró la indignación ciudadana que desde tres años lucha contra el tendido eléctrico, los votos del alcalde, Antoni Baulida (ERC), secundado por un solo concejal de su grupo, más los tres del PSC y los dos de CiU, aprobaron un convenio que permitirá terminar los trabajos de la línea.

El convenio aprobado prevé el desplazamiento de tres torres y algunas contrapartidas de escasa entidad para el consistorio. Sin embargo, la polémica y la aceptación del convenio puede desencadenar la ruptura de la mayoría de ERC que gobierna el municipio, puesto que cinco ediles del equipo republicano mantienen que el alcalde ha faltado a su promesa electoral de frenar la línea y no ha respetado la opinión mayoritaria de su equipo de gobierno.

Los gritos de 'vendidos' y 'traidores' surgieron de entre el centenar de vecinos que abarrotaban la pequeña sala de plenos, que fue desalojada por orden del alcalde justo antes de la votación, cuando se exigía a gritos la convocatoria de una consulta popular. ERC presentó la propuesta para que se celebrase esta consulta, pero fue rechazada por los mismos votos que aprobaron el convenio con Enher. CiU argumentó que un asunto supramunicipal no podía someterse a votación popular. La coordinadora antilínea reunió, en menos de 24 horas, unas 800 firmas a favor de la consulta en un municipio de unos 7.000 habitantes y está dispuesta a denunciar la ilegalidad del acuerdo del pleno tomado ayer. Baulida, parco en explicaciones, justificó su posición afirmando que 'tenía el derecho y la obligación de presentar una salida'.

Desde ERC se le recordó que las contrapartidas obtenidas de Enher, como el soterramiento de algunas líneas urbanas de media y baja tensión, resultan mínimas, además de estar incluidas en un plan global del que se beneficiarán muchos municipios catalanes. Permitir ahora, después de años de enconada lucha, el paso de la línea resulta más incongruente teniendo en cuenta que la propia compañía admite que no se han ofrecido contrapartidas especiales.

Durante este tiempo de negociaciones, Enher se mostró dispuesta a aceptar modificaciones de trazado mucho más importantes que las que ahora han motivado la aceptación del pacto.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_