Barbarie contra el arte
La imagen tomada el pasado domingo en Gernika en las próximidades de la Casa de Juntas, demuestra una vez más la catadura moral de los violentos. Tras cargarse a hachazos parte del bosque pintado de Ibarrola el pasado año, ahora les ha tocado el turno a dos esculturas de Eduardo Chillida (Aitaren etxea, arriba) y Henry Moore (Mujer en el hueco), dos de las piezas escultóricas de mayor importancia isntaladas en lugares públicos de Euskadi. Reivindicar con la palabra, sin agredir, es algo para lo que están imposibilitados los proetarras.
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