Macedonia
Desde hace 10 años, el espacio de la ex Yugoslavia es un lugar de conflictos bélicos. Desde hace 10 años somos testigos de las mismas o similares imágenes de sufrimientos de la población civil, de todos los orígenes étnicos. Desde hace 10 años, los ideólogos de la sangre y el suelo, creadores de Estados étnicamente puros, combatientes por la causa de la homogeneización étnica, abusan del descontento y del sufrimiento de la población civil para preservar el poder, acumular las riquezas y repartirse el botín de guerra.
Desde hace 10 años, solamente cambian los lugares de los conflictos bélicos. Esta vez es la República de Macedonia. El idilio entre los nacionalistas macedonios y albaneses que todavía comparten el poder ha durado poco. Tanto para unos como para otros, el único objetivo ha sido mantenerse en el poder.
En nombre del pueblo albanés, los rebeldes armados que se llaman a sí mismos ONA (Ejército Nacional de Liberación) engendran una violencia brutal en nombre de 'metas supremas'. 'La guerra por la paz' desatada por ellos conduce exclusivamente al proyecto de un Estado étnico puro; es la exclusión hasta la eliminación de los otros y los diferentes. Esperamos que la violencia armada de los rebeldes albaneses no servirá como justificación para una eventual represión del Estado, el Ejército y la policía macedonios en contra del pueblo albanés en Macedonia. Esperamos que las autoridades de Macedonia no sigan el ejemplo de la policía y el Ejército serbios durante el régimen de Slobodan Milosevic, devastando pueblos, destruyendo ciudades, masacrando y matando a civiles...
Esperamos que las comunidades étnicas en Macedonia tengan la fuerza suficiente como para detener futuros intentos de homogeneización étnica y resistan mediante la no violencia a la política de guerra. Esperamos que se opongan al Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), que actualmente surge en diversas zonas bajo diferentes nombres.
Esperamos que la sociedad civil en Macedonia exija a sus autoridades que entablen el diálogo y opten por una solución pacífica del conflicto. Consideramos a la comunidad internacional, especialmente a la Kfor (OTAN), responsable de la extensión del conflicto por no haber procedido a la desmilitarización de Kosovo.
En lugar de la política de fuerza, de la reflexión tardía y de tomar partido sólo por un lado, cosa que casi siempre se ha hecho hasta ahora, la comunidad internacional debe apoyar las negociaciones como única vía de superar la crisis. Como siempre hasta ahora, prestamos nuestro apoyo exclusivamente a los/las que optan por la no violencia, las negociaciones y la coexistencia.
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