Metro, ¿vuela?
Desgraciadamente soy uno de esos miles de madrileños que utilizan diariamente el metro para ir a trabajar. Este empeño, en principio tan sencillo, se ha convertido en aventura épica y, últimamente, en algo utópico.
Dentro del mal servicio que Metro de Madrid nos viene ofreciendo (excesivo tiempo entre los trenes incluso en las horas punta, velocidad de tortuga, paradas continuas en medio de los túneles e interminables en las estaciones), la línea 5 (o verde) es la que se lleva la palma. No sólo tiene los vagones más viejos y destartalados (contemporáneos del seiscientos), sino que día sí y día también se estropea y suspende el servicio.
El viernes 6 de abril y el lunes 9 de abril (dos días laborables consecutivos), los sufridos usuarios del suburbano madrileño hemos tenido que buscar medios alternativos para llegar al trabajo después de esperar más de veinte minutos en el andén. A todo hay que añadir la campaña de publicidad de Metro, con su famosa frase: 'Metro de Madrid, vuela'. ¡Qué forma más humillante de llamarnos tontos y de reírse de la gente!
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