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Unos 280 hijos adoptivos han pedido en los dos últimos años conocer a sus madres biológicas

La legislación obliga a las diputaciones desde hace dos años a proporcionar los datos

Preguntar por los orígenes y buscarlos es una respuesta normal, lógica y previsible de los hijos adoptivos, asegura una responsable del Instituto Foral de Bienestar Social, Infancia y Juventud de la Diputación de Álava. Hasta hace algunos años, querer conocer la identidad de los padres biológicos parecía más un guión televisivo que una realidad social. Sin embargo, actualmente, la información de la situación de adopción por parte de los padres adoptivos es algo que se potencia, puesto que la adopción ha superado el aspecto de secreto y oscurantismo de otras épocas, explica la misma responsable en Álava. Encontrar los orígenes es mucho más complejo, pues los datos no siempre están disponibles.

Pese a todo, la Diputación de Vizcaya ha recibido unas 200 peticiones de hijos adoptivos desde 1985; la gran mayoría han sido hechas en los dos últimos años. 'La gente ya sabe que tiene derecho a que les demos los datos que constan en el archivo', señala un portavoz de la institución. El estallido de peticiones se generalizó hace unos cuatro años, a partir de que en Navarra se sustrajeran partidas de nacimiento de adoptados, la mayoría de nacidos en la posguerra, que facilitaron algunos reencuentros entre los padres biológicos y los hijos.

En Álava, los casos de peticiones han sido mucho más escasos. Así, según datos de la Diputación de esa provincia, ha habido sólo seis desde 1985 hasta la actualidad. También en este caso, apuntan a que prácticamente la totalidad pertenece a los dos últimos años. Finalmente, en Guipúzcoa, sólo han podido recoger datos del año 1999, en el que se registraron 34 solicitudes y de 2000, que llegaron a las 36. Ninguna de las instituciones forales vascas ha sido capaz de saber el número de éxitos en la búsqueda, ya que su responsabilidad termina en la comunicación.

El empeño de un huérfano

Éste es el caso de Karla Joseba Zubizarreta, de 28 años, con domicilio en Bilbao, quien ha emprendido una batalla personal para conocer la identidad de su madre biológica. Ha dirigido varios escritos en los últimos meses a la Diputación de Vizcaya. Hace tres años se personó allí. Y siempre con el mismo motivo: conocer quién fue la mujer que le abandonó de recién nacido. 'Mis padres adoptivos han fallecido y yo necesito conocer a mi madre biológica. La mujer y el hombre que me adoptaron no fueron los adecuados. Siempre estuve mal con ellos, desde crío. No podían tener hijos, pidieron una niña y les dieron un niño. Creo que no les gustó. He sufrido mucho, porque nunca me he sentido querido ni comprendido. No podía hablar con ellos de mis problemas, primero de niño y luego de adolescente. Cuando murió mi madre adoptiva, yo le pedí a mi padre conocer a mi madre pero no me hizo mucho caso. Ahora que mis padres ya no viven, la familia ni me habla. Ni siquiera en Navidades se han preocupado por mí. Nunca hemos sido una familia. Creo que tengo derecho a saber quién es mi madre biológica; qué pasó para que me abandonara. Estoy segura de que si me encuentro con ella voy a estar mucho mejor', explica.

Zubizarreta no disimula que está muy afectado psicológicamente. Y responsabiliza de gran parte de su situación a la Diputación de Vizcaya, que concedió su custodia, y a la que imputa daños morales por 'irresponsabilidad'. Un portavoz del departamento foral de Bienestar Social responde que siempre se evalúa a las familias solicitantes y que, concedida la adopción, el seguimiento sigue durante años.

La Diputación de Vizcaya ha remitido a Zubizarreta los datos de que dispone sobre su madre biológica. 'Es la asilada número 5056, bajo cuyo número y por su voluntad oculta su identidad'. El niño procedía del Instituto de Maternología y Puericultura de la Diputación de Vizcaya. Fue confiado como expósito, con el número 22.248, el 7 de junio de 1973 al matrimonio que le adoptó. En una copia del registro civil se lee que está inscrito como Carlos Vara Sanz, que su padre es Manuel y su madre, Eugenia.

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