La industria del aceite hace aguas

La industria del aceite de oliva no ha sido históricamente un sector con altos márgenes comerciales. Sin embargo, según coinciden en señalar responsables de algunas de las empresas más importantes, éste sería uno de los peores momentos de los últimos tiempos. Tres de las diez empresas con mayor cuota de mercado -La Masía, de Unilever; la empresa pública Coosur, y Agribética- buscan un comprador sin que haya grupos interesados en pagar los precios reclamados por sus propietarios. El aceite no es un gran negocio.

La Masía, propiedad del Grupo Unilever, aunque sus responsables no hayan hecho una declaración explícita, se encuentra en busca de un comprador. El Grupo Unilever es uno de los líderes mundiales en el sector de los aceites y tiene una posición dominante en países del entorno, como Italia. En España, por el contrario, no le fueron bien las cosas. Desembarcó comprando a un precio caro La Masía. En los años ochenta aspiró y fracasó en la compra de Elosúa-Carbonell, y desde entonces se ha mantenido como un segundo grupo.

El proceso de reordenación interna del Grupo Unilever parece que se encamina hacia el abandono del sector del aceite de oliva en España. Unilever pagó demasiado y hoy resulta difícil encontrar un comprador que entregue entre 4.000 y 5.000 millones de pesetas que se piden por la empresa. En los últimos meses, La Masía, en medio de la sorpresa de todo el sector, ha sido uno de los primeros en tirar a la baja los precios, arrastrando a otras industrias a cotizaciones por debajo de costes.

Agribética, filial en su día del grupo francés Frahuil-Frint y hoy controlada por Aresbank, tuvo un crecimiento espectacular en los últimos años y sus propietarios aspiraban a convertir la misma en el gran grupo aceitero al sur de la Unión Europea. Todo se vino abajo tras la suspensión de pagos de la empresa matriz, con unas deudas de 20.000 millones de pesetas. Aresbank, con créditos por unos 4.000 millones de pesetas de dudoso cobro con el grupo francés, optó por hacerse con el control de la sociedad y, con ello, la posibilidad de recuperar parte de ese dinero con la venta de la empresa.

Agribética cuenta con importantes instalaciones en Sevilla y en los últimos años se ha especializado en la venta de aceites con marca blanca o en la distribución a precios baratos, así como en la exportación. Debido a esta circunstancia, no tiene un comprador que pueda pagar por la misma un precio alto. En algunos medios se había llegado a estudiar la posibilidad de su compra por el resto del sector para cerrar y eliminar así una competencia que ha tirado los precios en el mercado. El año pasado acabó con pérdidas y ha seguido con su estrategia de vender barato.

Coosur es la tercera y eterna empresa en venta, controlada por el Patrimonio del Estado, que se mantiene los últimos años en pérdidas, al tiempo que sufre recortes en su cuota de mercado. El último año bajó sus ventas a unos 15.000 millones de pesetas y los números rojos ascendieron a unos 1.000 millones de pesetas. Ha tenido históricamente muchas novias, aunque todo parece indicar que acabará en manos de las cooperativas de donde nació. Coosur ha tenido aspirantes a compradores por sus activos y su marca, no por sus resultados, pero ninguno quería pagar una peseta.

Frente a estas empresas en venta, los posibles compradores son escasos y, además, niegan su interés. Éstos serían los casos de Borges, Migasa, Aceites del Sur o Ebro Puleva para su filial de aceites.