Errores utópicos

La entrada en vigor de la LOGSE ha hecho posible que haya alumnos de Bachillerato matriculados en 1º de matemáticas que no han aprobado las de 4º curso de la ESO; que no tienen la mínima capacidad de comprensión y de expresión para asimilar los conceptos; que desconocen los procesos de razonamiento lógico; que justifican su mal comportamiento, su frecuente absentismo y su rechazo a aceptar normas del centro en el derecho a expresarse libremente, olvidando la obligacíón de cumplir con sus deberes y el derecho del profesor de sus compañeros a poder trabajar sin que nadie les moleste.

Esta lamentable realidad, consecuencia lógica de las directrices pedagógicas impuestas por la LOGSE, induce la duda de que mejorar la calidad de la enseñanza fuera su verdadero objetivo. Máxime si se tienen en cuenta los resultados en los países de nuestro entorno que habían implantado sistemas educativos similares al nuestro, y la oposición de ciertos políticos a introducir las reformas necesarias para conseguir una enseñanza de calidad, tanto desde el punto de vista intelectual como del ético y social. ¿Es que quienes se oponen a tan necesaria reforma de la LOGSE temen que el pueblo logre un nivel de formación suficiente para votar con libertad, es decir, evaluando previamente la prioridad y la viabilidad de las opciones que se prometen en los programas electorales y la cualificación personal de los líderes políticos que los defienden? ¿Qué sería de los partidos regionalistas radicales si el pueblo tuviera suficientes conocimientos de genética y de historia? ¿Participarían jóvenes nacionalistas en actos terroristas si se les hubiera educado, según expresión de tiempos pasados, 'como Dios manda'?

Es de desear que el equipo asesor de la ministra de Educación, doña Pilar del Castillo, sea capaz de corregir los errores utópicos de la LOGSE y de construir el pilar que evite el derrumbe del castillo de la educación.