Al menos 43 personas mueren por una avalancha en un estadio de Suráfrica
Al menos 43 muertos y 170 heridos son el balance provisional de la tragedia ocurrida ayer en el estadio Ellis Park de Johannesburgo, donde se disputaba un partido de la Liga surafricana entre los equipos Kaizer Chiefs y Orlando Pirates, que mantienen desde hace años una enconada rivalidad. Según las primeras informaciones, la avalancha que provocó el masivo aplastamiento se debió a que miles de aficionados con entrada intentaron acceder al estadio cuando éste ya estaba repleto. Según el jefe de policía, se habían vendido 120.000 entradas para un aforo de 70.000.
Miles de personas querían entrar al estadio, que ya estaba abarrotado, y el empuje de los que buscaban hacerse un hueco convirtió la grada del estadio Ellis Park, situado en el centro de Johannesburgo, en la tumba de, al menos, 43 aficionados, que es la cifra dada por el jefe de la policía local. Según la cadena de televisión estatal SABC, que retransmitía en directo el partido más esperado de la temporada, el origen de la tragedia fue que se habían vendido más entradas de lo que permitía el aforo del estadio, por lo que decenas de personas empezaron a empujar para tratar de entrar y quedaron atrapadas contra las vallas de alambres de púas.
Portavoces del hospital central de Johanesburgo afirmaron que otras 170 personas resultaron heridas y que cinco de ellas fueron ingresadas en estado "muy grave". La mayoría de los heridos tuvieron que ser desalojados en helicópteros, ya que las ambulancias no podían acceder al estadio porque miles de automóviles, estacionados de manera caótica en las inmediaciones del mismo, les impedían el paso.
La estampida humana estuvo precedida por agresiones por parte de quienes no podían entrar en el estadio contra el personal de seguridad que custodiaba los accesos, que al verse sobrepasado por la situación pidió auxilio inmediato a la policía. Los agentes arrojaron gases lacrimógenos para contener a la multitud, que en un primer momento pareció calmarse, pero luego comenzó a avanzar de manera incontenible. A partir de entonces, la policía poco pudo hacer.
Se da la dramática casualidad de que hace diez años, y con los mismo equipos en liza, el Kaiser Chiefs y el Orlando Pirates, pero en el estadio del pueblo de Orkney, unos 150 kilómetros al sur de Johannesburgo, 42 personas, una cifra casi exacta a la de ayer, murieron aplastadas, entre ellas dos niños, al abalanzarse la multitud sobre las puertas de salida, tras una pelea entre las aficiones de los dos equipos.
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