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Reportaje:

El modernismo de Casas llega a Madrid

Una gran retrospectiva del pintor catalán muestra por primera vez algunas de sus obras más importantes

Mábel Galaz

La obra de Ramon Casas (Barcelona, 1866-1932) llega a Madrid. Desde hoy y hasta el próximo 17 de junio, la Fundación Cultural Mapfre Vida acoge la retrospectiva más importante del gran pintor del modernismo catalán, producida conjuntamente con el Museo Nacional d'Art de Catalunya. En la exposición se muestran cerca de cien obras del artista, entre pinturas, dibujos y carteles, procedentes tanto de colecciones públicas como, sobre todo, de colecciones privadas. Algunas de estas piezas se exponen por primera vez desde que fueron realizadas por su autor.

La retrospectiva, que ya fue exhibida en Barcelona, tiene como principal novedad una selección de la famosa galería iconográfica de Casas: 40 retratos al carbón procedentes en su totalidad del museo catalán. El pintor inició esta serie de retratos en 1897, coincidiendo con la inauguración de Els Quatre Gats, un lugar de encuentro del mundo artístico e intelectual de la Barcelona progresista de entonces. Cuentan que su obra influyó en un joven Pablo Ruiz Picasso, también asiduo de las tertulias de esa taberna-cenáculo. Los 40 retratos de dicha colección muestran a los pintores Beruete, Pichot y Utrillo y a los escritores Azorín, Baroja y Benavente, entre otros, y se han seleccionado tanto por su calidad artística como por el interés de los personajes retratados.

Ramon Casas nació en el seno de una familia burguesa muy adinerada, y tuvo el privilegio, con sólo 15 años, de viajar a París para completar su formación en el estudio del académico Carolus Durán, en el que primaba la devoción por la escuela española del Siglo de Oro (y, en concreto, por Velázquez). El mejor ejemplo de las enseñanzas que allí recibió se manifiesta en sus ejercicios con el claroscuro de su Autorretrato, obra que evidencia la precocidad del pintor y que le abrió las puertas del Salón des Champs-Elisèes en 1883. De regreso ya a su Barcelona natal, Casas pintó una extraordinaria serie de tema taurino, en la que abandona la paleta de su primera etapa parisina y muestra sus extraordinarias dotes como colorista.

Casas desarrolló su actividad a lo largo de 50 años, pero su momento de esplendor lo vivió entre 1890 y 1910, décadas en las que realizó la gran mayoría de las obras exhibidas en esta retrospectiva. Técnicamente, el artista catalán recibió muchas influencias. 'Seguía la técnica del naturalismo francés, aunque también absorbió elementos de artistas impresionistas como Manet o Degas en lo que se refiere a los temas, la manera de plantearlos y su solución compositiva', comenta Cristina Mendoza, comisaria de la exposición. 'Es el líder de la pintura catalana y española de finales del siglo XIX y principios del XX'.

La muestra que hoy comienza se divide en 11 ámbitos a la vez cronológicos y temáticos, que en muchos casos incluyen agradables sorpresas para el visitante. Destaca, en este sentido, el dedicado a la pintura intimista, una cuidada selección de desnudos femeninos representados en complicados escorzos que dan cuenta tanto de su maestría a la hora de utilizar la luz como de su delicado erotismo. Dos de estos óleos, Flors desfullades y Entre dues llums, se presentaron por primera vez en la Segunda Exposición General de Bellas Artes de Barcelona, en 1894. Después de aquello, la primera obra sólo se volvió a exponer hace 26 años en una muestra colectiva de la Sala Parés, y la otra no se exhibía desde 1900.

La presencia de numerosas pinturas poco conocidas es una de las bazas de esta exposición. Como explica Mendoza, la última antológica de Ramon Casas en Barcelona se celebró en el palacio de la Virreina en 1983, y entonces se exhibieron 68 óleos, de los que 26 pertenecían a los fondos del Museo Nacional d'Art de Catalunya. Ahora se presentan 70 óleos y sólo 12 son del museo. El resto procede de 39 colecciones privadas españolas y de 6 museos.

Autorretrato

La exposición se inicia con un autorretrato en el que Casas, que entonces tenía sólo 17 años y estudiaba pintura en París, se representa vestido de torero, y acaba con el famoso cuadro La sargantain, de 1907, en el que pinta a la que años más tarde sería su mujer, Julia Peraire, una vendedora de lotería que Casas conoció cuando ella tenía 18 años y él 40.

Entre ambos cuadros, la retrospectiva abarca su faceta de retratista -en la que fue maestro y a la que se dedicó casi en exclusiva en las últimas décadas de su vida-, de pintor de escenas históricas -inspirado, según señala la historiadora Isabel Coll, en la forma de organizar el espacio de Goya, del que era un gran admirador-, y de cartelista, con los tres óleos que presentó para el cartel de Anís del Mono y que dieron fama a sus abundantes manolas. También queda constancia de la destreza de Casas como dibujante, con la presencia de 26 dibujos pertenecientes a su galería iconográfica, en la que retrató a numerosos personajes de la sociedad española del momento. Los paisajes, las escenas de toros y el ambiente parisino que conoció en sus distintas estancias en la capital francesa son otros temas que incorpora la exposición.

Con motivo de esta muestra, la Fundación Cultural Mapfre Vida ha editado dos catálogos, uno que incluye la totalidad de las pinturas expuestas y otro que reproduce exclusivamente los dibujos al carbón.

Ramon Casas. Desde hoy y hasta el 17 de junio. Fundación Cultural Mapfre Vida (Avda. General Perón, 40). De martes a sábado, de 10.00 a 21.00; lunes, de 14.00 a 21.00; domingos y festivos, de 12.00 a 20.00.

Un visitante de la exposición de Ramón Casas en la Fundación Cultural Mapfre vida.
Un visitante de la exposición de Ramón Casas en la Fundación Cultural Mapfre vida.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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