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Reportaje:

Pinturas de chocolate y salchichas de Hegel

El Macba presenta la primera retrospectiva en España del inclasificable Dieter Roth

A lo largo del siglo pasado, afortunadamente, siempre hubo personajes que se resistieron a dejarse encasillar en corrientes o tendencias. Participaron en unas y otras, tuvieron sus efímeros momentos de gloria y, finalmente, adquirieron el status de precursores o pioneros de un sinfín de nuevas y viejas tendencias. Es el caso de Dieter Roth (Hannover, 1930-Basilea, 1998), un artista de difícil clasificación del que el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) inaugura hoy una retrospectiva, la primera que se le dedica en España, que estará abierta hasta el 10 de junio. Roth hizo cosas tan singulares, aunque hoy en día bastante comunes, como esculturas y pinturas realizadas con chocolate o excrementos, salchichas rellenas de obras filosóficas, interminables vídeos sobre su vida cotidiana y, en colaboración con Richard Hamilton, cuadros pensados para perros.

Son algunos ejemplos de la versatilidad de Dieter Roth, un artista incómodo para los museos no sólo por la dificultad de conservar unas obras pensadas para ser efímeras -llegó a denunciar a restauradores que intentaban 'salvar' sus piezas-, sino también porque no era partidario de que sus obras se convirtieran en piezas de museo, ya que las consideraba una parte de su vida, el tema que más parecía atraerle. Roth, que se formó como diseñador gráfico, se interesó primero por el arte y la poesía concreta, tuvo sus escarceos con el op art y el cinético, se relacionó con el movimiento Fluxus europeo, mantuvo estrechos contactos con los nuevos realistas, la versión europea del pop art estadounidense, y en general se aplicó la teoría de la mezcla absoluta entre arte y vida, así como la que consideraba el proceso artístico un fin en sí mismo.

Era ajeno a los grupos, pero colaboraba estrechamente con otros artistas, con los que realizaba obras al unísono. Lo hizo con Arnulf Rainer, el accionista vienés, y con el ya citado Hamilton. Con este último coincidió en varias ocasiones en Cadaqués, donde realizaron varias exposiciones conjuntas a finales de los años setenta. En una presentaron autorretratos realizados a cuatro manos y en otra decidieron rendir homenaje a Marcel Broodthaers, que pocos años antes les había explicado la idea de hacer una exposición para perros, con cuadros de temas apetitosos que colgaban a la altura de los ojos de los canes.

La exposición incluye estos últimos trabajos en uno de sus apartados, el dedicado a la relación del artista con España bien a través de las obras que ha adquirido recientemente el museo, bien mediante las piezas que realizó en sus visitas, como las ya citadas de Cadaqués o Tibidabo (24 Hrs. Dog's Barking) consistente en la grabación durante 24 horas de los ladridos de los perros recluidos en la perrera municipal de Barcelona junto a fotografías de ellos realizadas por sus hijos. El grueso de la exposición, titulada La piel del mundo + otras cosas más y que tiene cuatro comisarios, lo constituye el Archivo Sohm, actualmente conservado en la Staatsgallerie de Stuttgart, que comprende numerosas obras de pequeño formato realizadas por Roth entre 1960 y 1983 que fueron coleccionadas por el odontólogo Hans Sohm, amigo del artista. Hay de todo. Desde dibujos y pinturas que tienen como tema el motorista -un tema que formalmente relacionaba con el órgano sexual masculino- hasta salchichas de literatura, entre las que destacan las 20 que tienen como parte de sus ingredientes las obras completas de Hegel, filósofo al que odiaba especialmente. Destacan dos grandes instalaciones que tienen carácter autobiográfico: A diary (1982), la que produce un mayor impacto visual, consta de una serie de películas sobre su vida cotidiana rodadas en super 8 que se proyectan de forma simultánea en 38 proyectores, y Solo Szenen (1997-1998), un documento en vídeo de sus últimos meses de vida que se proyecta de forma simultánea en 128 monitores.

La exposición finaliza con otra pieza audiovisual, Reykjavik slides (1973-1975), que incluye 36.000 diapositivas de casas de la capital de Islandia -donde vivió muchos años- que, de forma rotatoria, se muestran a través de ocho proyectores en las paredes ovaladas de la torre del museo.

La instalación de Roth en el Macba.
La instalación de Roth en el Macba.SILVIA T. COLMENERO

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