Riquelme reta al presidente de Boca
Boca contra River. Medio país grita y medio calla, huye, se hunde en la noche. El Boca venció nuevamente al River (3-0) y la racha continúa. Desde 1994, River no puede ganar en La Bombonera, el campo del Boca, que gana porque juega mejor. Y al mando, Riquelme, al que todo el estadio esperó. Le encontró. Ya con 1-0 en el marcador, le vio en el punto de penalti, dispuesto a resolver el partido merced a la pena máxima señalada por el árbitro. Constanzo, portero del River, acertó a despejar su lanzamiento, pero Riquelme aprovechó el rechace para marcar de cabeza.
El festejo del mejor jugador del partido, pensado y preparado de antemano, fue muy sugestivo. Eludió a sus compañeros que se acercaban para abrazarle, corrió hasta la mitad del campo, se paró frente al palco oficial donde estaba el presidente del club y se llevó las manos a las orejas para escuchar cómo todo el estadio coreaba su nombre. ¿Quería despedirse así o le estaba diciendo a su jefe que merece la indemnización que reclama a Boca antes de firmar el contrato que le ofrece el Barcelona?
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