Los hijos de los viejos líderes llenan las listas electorales en Italia
La segunda generación de los Cossiga, Fanfani y Craxi entra en liza
Los apellidos Cossiga, Forlani, Fanfani, Cossutta y Craxi les seguirán sonando a los italianos al menos durante una generación más, porque los hijos de los viejos líderes apuestan también por la carrera política.
Hay quien juzga el fenómeno como una mera confirmación de que la vocación política es hereditaria; otros, en cambio, opinan que se trata de la supervivencia de viejos privilegios a través del tiempo y las circunstancias cambiantes. Sea como fuere, las listas de las candidaturas del centro izquierda y del centro derecha a las elecciones del 13 de mayo dejan constancia de un fenómeno claro: la solidez de las sagas políticas italianas.
Vittorio (Bobo) Craxi, hijo del ex primer ministro y líder socialista italiano Bettino Craxi, fallecido hace dos años en Túnez (exiliado para unos, fugitivo de la justicia italiana oficialmente), es prácticamente el único nombre del Nuevo Partido Socialista (NPSI) que se ha salvado de la 'quema' y podrá aspirar a un escaño en el próximo Parlamento, dentro de las listas de la coalición de centro derecha.
Silvio Berlusconi, magnate de la televisión privada y factotum de la coalición, ha dado la luz verde al joven Craxi, pese a la dura oposición de la Liga Norte, que ha vetado a otros nombres famosos del viejo socialismo como Claudio Martelli, delfín de Craxi, o el ex ministro de Asuntos Exteriores Gianni de Michelis. Berlusconi no ha ocultado nunca su reconocimiento al político difunto, que favoreció desde el poder el crecimiento de su imperio mediático.
También los Moroni
Otro apellido del pasado (aunque menos conocido), Moroni, regresa a la arena política del nuevo milenio. Claudia, hija del abogado Sergio Moroni, que se suicidó en 1992 al verse envuelto en el escándalo de Tangentopoli, ha encontrado hueco también en las disputadas listas electorales de la Casa de las Libertades. Junto a ella figuran en las listas de Lombardía dos descendientes directos del ex presidente y senador vitalicio Francesco Cossiga, un hombre enormemente influyente en la política italiana, aunque no sea más que por el pánico que producen sus declaraciones a la prensa. Su hijo, Giuseppe Cossiga, y su nieto, Piero Testoni, han conseguido arañar sendos puestos en las listas de Forza Italia.
Hay todavía más nombres 'históricos' en liza. Alessandro Forlani, hijo del ex secretario general de la Democracia Cristiana Arlando Forlani (otro de los inculpados en Tangentopoli), se presenta en las listas del centro derecha. Y Giorgio Fanfani, hijo de otro nombre clave de la DC italiana, el fallecido Amintore Fanfani, figura también en las listas de la Casa de las Libertades. En la mejor tradición equidistante de la Democracia Cristiana, su primo Giuseppe Fanfani ha aceptado una candidatura en las filas de El Olivo.
Pese a contar con una larga lista de herederos, el centro derecha no ha conseguido cuadrar todos los números. Salvatore Mannino, hijo del ex ministro democristiano Calogero Mannino, juzgado por colusión con la Mafia, se ha negado a presentarse a las elecciones al ver que su padre era rechazado como un 'viejo nombre' del pasado.
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