Tapie, de mártir a mesías
El que fuera polémico ex presidente del Marsella vuelve como salvador del club en el puesto de director deportivo
Bernard Tapie vuelve al Olympique de Marsella (OM) como 'accionista minoritario y responsable del sector deportivo'. Se trata de una operación desesperada lanzada por Robert Louis Dreyfus, actual presidente del OM. Desde 1996 y hasta ahora Dreyfus ha invertido unos 21.000 millones de pesetas en el equipo sin conseguir devolverle su prestigio de campeón de Europa de 1993. Este invierno el OM, mal clasificado -decimocuarto-, buscó en Javier Clemente el revulsivo necesario y contrató al entrenador vasco como sustituto del brasileño Abel Braga. '¿Cree usted que fue una buena idea contratar a un tipo que no habla ni una palabra de francés?', le preguntaba Tapie a Dreyfus hace tan sólo unos días. La respuesta de este no auguraba nada bueno para Clemente: 'Es lícito preguntárselo'. Luego Tapie ha dicho que 'no me sorprendería que para Clemente todo acabe la semana que comienza el lunes 9'. La derrota del sábado -el Olympique perdió 2-0 en terreno del Rennes y se coloca a cinco puntos del descenso- augura que hoy se puede producir el despido de Clemente. Incluso todo apunta a que uno de los históricos del club, Jean Pierre Papin, se hará cargo del equipo.
Tapie no ha querido precisar qué significa, económicamente, su retorno al OM, club que dirigió entre 1986 y 1993. Detrás de su figura es posible que estén los intereses de otros empresarios o de grupos audiovisuales, como TF1o Bertelssman, o de productores como Michel Coencas. El embrollo es notable porque Tapie y sus cuentas siguen bajo control judicial, pendiente todo de la resolución de varios litigios. Durante los últimos dos años los salarios de Tapie como actor de cine o teatro han sido embargados por la Justicia, que le reclama sumas importantes.
Antiguo militante comunista, vendedor de televisores, piloto de coches, cantante pop, especialista en comprar empresas en bancarrota para luego reflotarlas y venderlas a trozos, propietario de yates y equipos ciclistas, actor, novelista, ex diputado y ex ministro, Tapie es hoy un vendedor de ilusiones. 'Es el hombre de nuestros sueños. Nadie tiene un palmarés como el suyo', afirmaba el presidente de la principal peña de aficionados marselleses. Otras de esas organizaciones de aficionados del OM han saludado el retorno de 'aquél que se fue como un mártir y vuelve como un mesías'. Su figura es vista como la materialización del electroshock que necesita el club. Ahora habrá que ver cuáles de los 40 jugadores -y técnicos- que tiene el OM bajo contrato resultan electrocutados, más allá de Clemente.
La historia entre Tapie y el OM empieza en 1986, cuando el tiburón de las finanzas compra el equipo, entonces en Segunda. En 1989 el OM ya es campeón de Primera y lo seguirá siendo hasta 1993, año en que es desposeído del título y enviado a Segunda por tentativa de soborno de jugadores de un equipo contrario, el Valenciennes, presidido por Michel Coencas, hoy productor de los espectáculos teatrales de Tapie. En el palmarés de éste quedan pues cuatro Ligas, una Copa de Europa, una final perdida y una Copa de Francia. Es la parte positiva. La negativa comienza al descubrirse, en 1994, que las cuentas del club tienen un agujero de 2.550 millones de pesetas. Pero los aficionados no quieren ver eso, como tampoco prestan atención a que uno de los futbolistas del OM, el defensa Patrick Blondeau, famoso por su violencia en los túneles de vestuarios, estuviese en primera fila durante los funerales de Francis El Belga, gángster célebre y vinculado a la mafia marsellesa.
En la biografía de Tapie hay dos apartados cruciales: Adidas y la política. Adidas es una marca que adquirió en 1990. El dinero se lo prestó el Crédit Lyonnais, el banco de todas sus andanzas. En 1993, en plena crisis financiera mundial, Tapie se ve obligado a revender Adidas. Su banco le busca un comprador, una sociedad fantasma detrás de la cual está el propio Crédit Lyonnais, que se hace con la plusvalía cuando, pocas semanas después, revende Adidas a Robert Louis Dreyfus, hoy presidente del OM.
La política era la ambición de Tapie. El OM debía servirle como trampolín para conquistar la alcaldía de Marsella. Y lo cierto es que fue la confusión de géneros -política, finanzas y deporte- la que le llevó a la cárcel durante 165 días de 1997. Ahora, empezando por el deporte, parece querer repetir carrera.
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