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Reportaje:Lennon, pobre | DE LA NOCHE A LA MAÑANA

Los días cumplidos

Lennon, pobre

Se han hecho muchas bromas, algunas desafortunadas, sobre el bigote del jefe nacional del partido en el Gobierno, lo que lleva a desatender la clave que reside en su gestualidad corporal. Eso lo observa sin dificultad cualquier persona de teatro. Primero, construcción del personaje: mayoría absoluta, un futuro espléndido, la compañía siempre estimulante de Ana Botella. La dramatización del perfil ya es otra cosa, porque, vamos a ver, ¿a qué viene la actitud huidiza, una expresión enfurruñada de maestro de escuela que tanto recuerda a Julio Anguita, el uso arrojadizo de las gafas de ver o la desmesura en la esgrima ilusoria del dedo admonitorio? Algún partido puede sacarse de su parecido involuntario con Charlot. Pero la clave es la actitud. Ni está del todo ni siempre se lo espera, su íntima predisposición a permanecer en el lugar que se le asigna es escasa, a la manera del cómico que nunca sabe si entra o sale de campo, y lo que queda es esa rara mezcla de poder absoluto y de indefensión anímica.

La verdad es que no menos de tres spots publicitarios de la tele utilizan canciones de John Ono Lennon Yoko como reclamo para colocar sus productos de superindustria. Nada de ecologismo barato. Tecnología pura y dura, bien se trate de coches de última generación, de aviones privatizados o de vías digitales de la generación siguiente. Algunas onegés no gubernamentales prefieren la salmodia del Imagina para reforzar la bondad de sus beneméritos propósitos. Una de cal y dos de arena Aún así, no hay que ser malpensados atribuyendo a la consolable viuda del pop por excelencia un afán recaudador del que, por fortuna, carece, entusiasmada como está con sus siderales embajadas artísticas. Ni que fuera el caballo de Troya de Irene Papas.El frío buffet de la venganza

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