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LA CRÓNICA
Columna
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El teorema de Village People

Mis 50 mejores amigas y yo estábamos el martes, en el bar, consumiendo, cuando leímos en los periódicos: 'Tres años de cárcel para dos urbanos por detención ilegal de un homosexual'. Se ve que los guardias llamaron 'maricón' a un señor y cuando él les hizo un gesto despectivo con la mano aprovecharon para trincarle.

Aunque les parezca mentira, la verdadera noticia no es ésta, sino lo que ponía un poco más abajo para explicar cómo fue la cosa: 'Los agentes se detuvieron ante un semáforo. En ese momento cruzó un joven con ropas que evidenciaban su homosexualidad'. Sí, sí, han leído bien: ropas que evidenciaban su homosexualidad.

¡Qué alegría! Qué gran adelanto. Hasta ahora, la ropa evidenciaba si eras moderno, o clásico, o guarro, pero no si eras gay. Que la ropa que nos ponemos evidencie también nuestras tendencias sexuales es algo tan revolucionario como las braguitas americanas que pitan cuando ovulas.

¿Existe ropa que evidencia la homosexualidad de uno/a? Al filo de la noticia, la cronista se pone en marcha por las tiendas de la ciudad

Por supuesto, si las ropas que llevas evidencian tu homosexualidad, evidencian también (ni que sea por defecto) tu heterosexualidad. En cambio, si eres bisexual, o asexuado, la cosa se complica y suponemos que debes tener que trabajarte más lo de los complementos. También se complica si estás en la cárcel (en los uniformes ya no se pone el triángulo rosa de los nazis) o si eres pobre y llevas ropa de Cáritas, porque no la has elegido tú.

Para todos los demás, este descubrimiento es una gran ventaja. ¿Y el tiempo que ahorraremos a la hora de saber con quién ligar? ¿Y lo que ahorraremos en mercromina? Sin ir más lejos, los gays y las lesbianas podrán ponerse ropas falsas que evidencien su heterosexualidad cuando tengan un compromiso del tipo de una reunión de tupperwares con la esposa del pastor William Simmons (fundador del Ku Klux Klan) en Carolina del Norte. Ya no hará falta, tampoco, que las parejas gays que quieran ser amorosas en el Camp Nou (zona Boixos Nois) disimulen. Sólo tendrán que vestirse con ropas que evidencien su heterosexualidad y sus abrazos serán confundidos con efusiones culés de machotes.

Ahora sólo falta saber cuál es exactamente esta ropa porque todos estamos deseando ponérnosla. Así que esta mañana, lo primero que hemos hecho mis amigas y yo ha sido ir a la librería Antinous (dedicada a literatura gay) a ver si había documentación. No la había, pero Josep, socio del negocio, nos ha dicho que, hace años, los pendientes y las camisas de cuadros, eran un símbolo gay y hoy no. Es cierto. Hoy sólo llevan pendientes y camisas de cuadros dos colectivos: los cortadores de troncos del lago Tahoe, Nevada, y los madelman.

Después hemos ido a una tienda de ropa gay. Se llama M-69 (en Muntaner, 69). Nos ha atendido Albert. Dice que la mitad de sus clientes son heterosexuales. Por si alguien lo dudaba, nos ha confirmado que no vende lentejuelas ni camisas rosas. La ropa que tiene se la podría poner el gay Elton John, pero también el heterosexual don Jaime de Marichalar. Además, tiene vaqueros de los caros. Hemos mirado atentamente las costuras, por si evidenciaban homosexualidad, pero no. Después hemos ido a lo que podríamos llamar la antítesis de una tienda 'gay'. O sea, La tienda de Lolín (la de la calle de Pelai, aunque hay otras). Nos hemos probado jerseicitos y falditas de punto, pero nada parecía estar diciendo 'soy heterosexual, llévame a casa'.

Ya desesperadas, hemos llamado a un teléfono erótico para gays. Nos ha atendido el amable Israel M. D. Le hemos preguntado lo de siempre, pero con la doble lectura. '¿Cómo vas vestido?'. Iba poco vestido (eso ha dicho). '¡Pues que se ponga uno que esté vestido!', hemos ordenado. Se ha puesto uno (en realidad era el mismo Israel, que ha cambiado la voz). Nos ha descrito su modelazo. Vaqueros ajustados y camiseta (hemos deducido que tipo imperio). Sabiéndolo, hemos llamado a otro señor erótico, esta vez para mujeres: Iván M. D. (debe de ser hermano del otro, sus apellidos tienen las mismas iniciales). También llevaba vaqueros y camiseta ajustada.

Todavía sin respuestas, hemos mirado atentamente la portada del número 20 de la revista Zero. Allí se veía un señor que acababa de salir del armario. Hemos observado su traje. Era marrón. Llevaba una gorra de conjunto. En el lado derecho lucía dos medallas. ¿Sería éste el traje que evidencia que eres gay? No. Más bien es un traje que evidencía que eres teniente coronel del ejército.

Qué confusión. Hay políticos gays que llevan, hace años, la misma corbata que Josep Piqué. Eso por no hablar de los del grupo Village People. ¿Su ropa evidencia que son gays? Pero si van igualitos que el cabo Rusty.

De manera que sugerimos nuevas ideas a las fuerzas del orden para ayudarlas en su trabajo de detección de tendencias sexuales. ¿Qué tal lo de ofrecerle una botella vacía a un detenido y esperar a ver si te dice 'yo con esto te hago una lámpara', cosa que demostraría que es gay? O mejor todavía... Podrían ponerle al detenido un vídeo de Heidi y esperar a ver si llora. Si llora es gay porque todo el mundo sabe que los gays son mucho más sensibles.

Penoso, ¿no? Pues más penoso es que los periódicos digan que las ropas de uno evidencian su homosexualidad. Después de esto, mis 50 mejores amigas y yo, que somos un poquito pilinguis, hemos decidido ir siempre semidesnudas.

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