EE UU lamenta la muerte del piloto chino en un nuevo mensaje conciliador con Pekín
Powell considera 'detenidos' a los 24 ocupantes del aparato estadounidense accidentado
Cuando el presidente Bush terminó de leer un comunicado sobre el conflicto con China en la tarde del martes, varios periodistas le preguntaron a gritos si tenía intención de presentar una disculpa formal al Gobierno de Pekín y poner fin al actual enfrentamiento diplomático. Bush no respondió, se dio media vuelta y desapareció en el interior de la Casa Blanca. Por si ese gesto no fuera definitivo sobre sus intenciones, el portavoz oficial, Ari Fleischer, aseguró ayer que el Gobierno de EE UU 'no entiende las razones para ofrecer una disculpa' e insistió en la tesis defendida desde Washington en los últimos días: 'Nuestro avión operaba por el espacio aéreo internacional y la tripulación no realizó nada incorrecto'. Fleischer repitió incluso las palabras del presidente para insistir en que la única manera 'de que el accidente se convierta en un incidente es que China libere a nuestra tripulación'.
El secretario de Estado, el general Colin Powell, utilizó un doble lenguaje: por una parte, lamentó la pérdida de la vida de uno de los pilotos chinos, que se estrelló en el mar de China, pero sin pedir disculpas por ello, y por otro lado, calificó a los tripulantes estadounidenses de 'detenidos'. Estas palabras de lamento por parte de Powell fueron calificadas por la Embajada china en Washington como 'muy importantes'. Powell destacó las difíciles circunstancias vividas dentro del avión espía tras la colisión con uno de los cazas chinos y la sangre fría del piloto norteamericano, que logró evitar la catástrofe y aterrizar sano y salvo en territorio chino.
Este lenguaje duro de las autoridades estadounidenses ha calado entre la sociedad norteamericana. Ya han comenzado a aparecer los primeros lazos amarillos en algunas casas. Desde la odisea vivida en 1979 por 49 rehenes norteamericanos en Teherán, durante el régimen de Jomeini, los lazos amarillos representan la solidaridad con los secuestrados.
La disputa entre los dos países ha dejado atrás uno de los elementos clave de las primeras horas. El Gobierno de Pekín ya no insiste en que el avión espía estadounidense entró en su espacio aéreo, sino en el hecho de que éste aterrizó sin permiso en una base militar china en la isla de Hainan. De este modo, Pekín admite de forma implícita que el aparato norteamericano volaba en espacio aéreo internacional, pero culpa al piloto de haber efectuado una maniobra brusca al toparse con los dos cazas enviados por la Fuerza Aérea china. Uno de ellos colisionó con el avión espía y cayó al mar. El aparato estadounidense, con graves daños en las hélices y en el fuselaje, perdió 2.500 metros de altura en cinco minutos y no tuvo tiempo material de advertir a las torres de control chinas de que entraba en su espacio aéreo por una emergencia.
El embajador de China en Estados Unidos, Yang Jiechi, reconoció ayer que el avión estadounidense se movía 'en el borde' del espacio aéreo chino. Este diplomático insistió en la necesidad de una disculpa oficial. Y después dio una explicación sencilla de lo ocurrido: 'Es como si un coche viaja a gran velocidad delante del jardín de tu casa y un día te asomas y te atropella; encima, el coche aparca después en el jardín. Al menos tendrá que pedir perdón por esa invasión de tu terreno'.
Avión sin inmunidad
Yang Jiechi sostiene que el avión espía perdió su inmunidad al aterrizar sin permiso en el suelo de China. Por eso 'podemos hacer lo que consideremos necesario para llevar a cabo nuestra investigación', dijo Yang en un reconocimiento claro de que el aparato ya ha sido analizado.
En Pekín, el embajador de EE UU se reunió con el ministro de Exteriores chino, Tang Jiaxuan, a quien reiteró la negativa a ofrecer una disculpa formal. Tang aseguró después que la actitud estadounidense era 'arrogante'. El presidente chino, Jiang Zemin, insistió en la petición de disculpa y respondió a Bush: 'Estados Unidos debe hacer algo positivo para que nuestra relación se suavice, en vez de realizar comentarios que confunden las cosas y dañan nuestra relación', aseguró antes de emprender viaje a Latinoamérica.
De los 24 miembros de la tripulación, sólo se sabe que están 'en buenas condiciones', según los delegados de la Embajada estadounidense que han podido reunirse con ellos en la isla de Hainan. Los diplomáticos dedicaron la jornada de ayer a comprar jabón y ropa interior para hacérsela llegar a los tripulantes si las autoridades chinas permiten una segunda visita. Por otra parte, la UE no ha ocultado su preocupación por esa crisis entre China y EE UU. El primer ministro sueco, Goran Persson, cuyo país ejerce este semestre la presidencia de la UE, mostró su esperanza de que la escalada verbal termine y ambos países encuentren en breve una solución diplomática.
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