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El director del Lliure dimite ante la falta de dinero para el nuevo teatro

Josep Montanyès afirma que los fondos públicos no están garantizados para el centro

Jacinto Antón

'Me veo obligado a dimitir de esta responsabilidad porque no puedo llevarla adelante', aseveró Montanyès. La dimisión abre una crisis de hondas proporciones en el Lliure y arroja sombras sobre su futuro. El presidente de la Fundación Teatre Lliure, Antoni Dalmau, dijo comprender la decisión de Montanyès, pues 'el acuerdo entre instituciones se ha visto imposible, y sin ese acuerdo no puede abrirse el nuevo teatro. No se ve el dinero por ningún lado. No podemos abrir sin saber si estaremos en condiciones de pagar a las compañías que actúen o el recibo de la luz', ejemplificó. 'Sería una irresponsabilidad', concluyó. Dalmau anunció una pronta reunión de la junta de la fundación para analizar la situación y tratar de hallar una solución. 'Las administraciones decidieron que era bueno que el Lliure tuviera una nueva sede, es su responsabilidad que podamos abrirla; estamos en sus manos', observó. Dalmau apuntó que quizá la clave de la falta de compromiso actual de los poderes públicos con el Lliure es que nadie puede capitalizar políticamente el nuevo teatro.

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Reticencias

Parte del sector teatral catalán muestra reticencias ante el nuevo Lliure, por el fundado temor de que consuma demasiados recursos públicos en un panorama ya condicionado por la inmensa inversión que supone al Gobierno catalán el funcionamiento del Teatre Nacional de Catalunya (TNC).

El Lliure, cuya nueva monumental sede es fruto de un acuerdo entre Generalitat, Ayuntamiento de Barcelona, Diputación y Gobierno central (ministerios de Fomento y Cultura), hizo llegar a las administraciones en octubre pasado un proyecto de contrato-programa en el que detallaba presupuestos y previsiones económicas para las primeras cuatro temporadas (2001-2004) del nuevo teatro. Para este año, el Lliure confiaba disponer de 452 millones de pesetas de aportación pública (sobre un presupuesto, sumando ingresos propios, de 650 millones). La Generalitat anunció la semana pasada que aumentaba un 22% su ayuda al presupuesto corriente del Lliure, hasta los 112 millones de pesetas, pero sin pronunciarse acerca del contrato-programa y recordando que el Gobierno catalán tiene unas prioridades en política teatral.

La imagen era ayer de un gran patetismo: solo en el escenario vacío del viejo Lliure, un hombre hecho y derecho y más bien corpulento atragantándose de emoción y al borde del llanto. Más fuerte aún si se tiene en cuenta que Josep Montanyès es un profesional bregado en la áspera negociación política y que lleva años de sinsabores gestionando la construcción del nuevo Lliure. Es, además, un hombre dialogante, con fama de saber pactar y cuya capacidad de lograr consenso han destacado siempre las administraciones y la mayoría del sector teatral, incluyendo algunos acérrimos enemigos del Lliure. Muy mal han de estar las cosas para que Montanyès tire la toalla.

Montanyès fue el miembro del Lliure elegido para relevar en la dirección del colectivo al menos diplomático Lluís Pasqual, quemado tras su enfrentamiento con -entre otros- el concejal de Cultura del Ayuntamiento, Ferran Mascarell, por las diferencias de ambos en torno al proyecto de la Ciutat del Teatre (el polo escénico de Montjuïc compuesto por el futuro Lliure, el Mercat de les Flors y el nuevo Institut del Teatre), que Pasqual diseñó por encargo directo del anterior alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall.

Josep Montanyès, ayer, durante la conferencia de prensa en la que anunció su dimisión.
Josep Montanyès, ayer, durante la conferencia de prensa en la que anunció su dimisión.SILVIA T. COLMENERO
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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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