Roca defiende cambiar el Senado y que se garantice la financiación de las autonomías
Miquel Roca Junyet, uno de los padres de la Constitución y durante muchos años el hombre de CiU en Madrid, defendió ayer una amplia reforma del Senado, con la modificación constitucional previa necesaria, y un amplio acuerdo para que las autonomías tengan una financiación suficiente. La Constitución, aseguró ayer Roca, 'contiene un gran error, que es el de la regulación del Senado'. Ahora, dijo, 'es una Cámara de segunda instancia, de segunda lectura, muy limitada', y 'eso chirría', cuando debería de ser 'el lugar de encuentro para debatir sobre la España de las autonomías'.
La reforma del Senado es 'la gran asignatura pendiente del sistema autonómico español'. En una conferencia pronunciada en la Real Academia de la Historia titulada Los planteamientos autonómicos desde Cataluña, Roca defendió un Senado 'integrado por una representación paritaria de los distintos Ejecutivos autonómicos, para no ideologizarlo'. Para ello, 'acometería sin miedo la reforma constitucional si se llegase a un acuerdo'. La España de las autonomías, argumentó, 'debe complementarse con un Senado que le represente'.
Junto a la reforma del Senado, Roca reclamó acordar un 'sistema de financiación autonómica suficiente, estable y justa'. Criticó 'transferir competencias sin dotar de fondos a las autonomías' porque eso 'es aliviar el déficit de una administración para pasárselo a otra: Es centrifugar el déficit'. Tras acusar al Gobierno central de esa transferencia de déficit, Roca defendió que la autonomía en el gasto sea 'independiente' del régimen económico de las distintas comunidades autónomas. 'Los regimenes económicos diferentes deben afectar al cómo pero no al cuánto', apuntó para defender que el régimen foral que opera en el País Vasco y en Navarra no debe ser superior, en términos financieros, al de las otras autonomías.
El político catalán también advirtió contra la actual tendencia a 'demonizar' los nacionalismos. Puso como ejemplo el rechazo que produce el terrorismo etarra y, por ende, cualquier nacionalismo: 'Si los terroristas de ETA, que lo niego, se dicen portadores de una identidad nacionalista, se concluye que todos los nacionalismos son malos'. A cambio, defendió 'aceptar la pluralidad' aunque sea 'difícil', porque 'más difícil sería volver al negro pasado uniformizador'.
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