Boeing abandona su plan de construir un superavión que compita con Airbus
El fabricante de EE UU no ha logrado vender ni uno solo de sus 747X
Con el cambio de estrategia de Boeing, la pelea entre las compañías se traslada ahora del tamaño a la velocidad. Hasta hace poco, las diferencias de concepto entre Boeing y Airbus estaban en cuántos aviones gigantes necesitaría el mercado en los próximos años y si se demandarían más vuelos entre grandes aeropuertos y aquellos que unen puntos poco habituales (Sevilla-Chicago). Pero ahora la cuestión crucial está en adivinar qué venderá más: si el tamaño o la velocidad. Lo seguro es que, quien acierte, tendrá un papel decisivo en el futuro de la industria aeronáutica.
Boeing, que ha dominado el mercado de los aviones grandes durante años con su emblemático 747, ha decidido aparcar sus planes de construir una versión más grande de este modelo, que anunció el año pasado para contrarrestar el proyecto de Airbus de crear el avión más grande del mundo, el A-380. En lugar de un superjumbo, Boeing fabricará un avión casi supersónico. Se llamará Sonic Cruiser (o 20XX) y sus alas recuerdan al Concorde. El grupo estadounidense indicó, durante el anuncio de su nuevo proyecto, que el aparato tendrá capacidad para entre 175 y 250 pasajeros, podrá volar más alto que las máquinas convencionales y permitirá volar en tres horas menos entre Europa y California. Boeing asegura que su nuevo avión 'cambiará la forma de volar del mundo de forma tan dramática como lo hizo la introducción de los jets'.
La mitad del mercado
Con el anuncio de su nuevo avión rápido, Boeing ha dado una sorpresa a su rival Airbus, que ha ganado mucho terreno a la compañía con sede en Seattle en los últimos años hasta conseguir casi la mitad del mercado. Pero, de momento, la sorpresa ha sido agradable para los inversores. Las acciones de EADS, propietaria del 80% de Airbus, subieron ayer más de un 4% en Francfort, un 2,8% en París y un 2,99% en Madrid.
Airbus defiende que unos 1.200 aviones gigantes como su A-380, de más de 500 pasajeros, serán necesarios en los próximos 20 años para descongestionar los grandes aeropuertos. Boeing siempre rebajó la cifra y se mostró pesimista sobre el proyecto de su competidora, que invertirá 12.000 millones de dólares (unos dos billones de pesetas) en su nuevo aparato. Pese a las críticas, la estadounidense acabó por ceder y anunció el año pasado que agrandaría su 747 para competir en el mercado de la gran capacidad. Meses después, ha preferido dar prioridad a otro avión.
En realidad, la estadounidense no había conseguido ningún pedido de su Boeing 747 gigante, mientras que Airbus ya cuenta con 66 encargos firmes y 54 opciones de compra. Fuentes de EADS aseguran, además, que los representantes de Boeing han competido con ellos en todas y cada una de las negociaciones comerciales con las aerolíneas. Además, Airbus sacó de fábrica la semana pasada un nuevo modelo de avión, el más grande después del A-380, que le permite cubrir la demanda de aviones desde los 100 hasta los 400 asientos.
Boeing no descarta, sin embargo, retomar el proyecto del 747. Mientras tanto se concentrará en una familia de aviones más rápidos en un intento de fabricar aparatos veloces que sean un éxito de ventas. En apariencia, el nuevo producto de Boeing se acercaría más al Concorde, que nunca logró hacerse un lugar en el mercado, que a una máquina convencional. El Sonic Cruiser de Boeing no entrará en servicio hasta finales de esta década y todavía quedar por concretar algunos detalles sobre su diseño, pero ya ha despertado la imaginación de muchos expertos y algunos sostienen que cambiará las reglas en la competitiva industria aeronáutica.
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