Argentina arranca con una amnistía fiscal su plan contra la crisis

'La ley de convertibilidad (paridad del peso con el dólar) pulverizó la hiperinflación. Ahora, la ley de competitividad pulverizará la evasión'. Seguro de sí mismo, Cavallo pronostica que la recesión llega a su fin después de tres años, y dibuja un futuro de crecimiento sostenido para Argentina. En su esquema contra la evasión puso énfasis en un plan para regularizar las deudas fiscales anteriores a diciembre de 1999.

Todos aquellos contribuyentes con patrimonio no declarado podrán comprar bonos del Estado, a un interés muy bajo, y cuyo vencimiento equivaldrá al tiempo de prescripción de la deuda declarada. La medida pretende, entre otros resultados, atraer capitales argentinos en el exterior. El nuevo superministro confía en que a partir de ahora será mucho más difícil evadir en Argentina, porque habrá más persecución y porque Hacienda cuenta con los poderes especiales que le ha otorgado el Congreso. Por ello, cree que muchos evasores se acogerán a la posibilidad del blanqueo que les ofrece Cavallo.

Modelo español

El blanqueo de patrimonio no declarado sigue el ejemplo que se aplicó en España, según Cavallo, que reveló que el ex ministro de Economía y Hacienda del Gobierno del PSOE Carlos Solchaga asesora las autoridades argentinas. Con este plan, Cavallo espera recaudar dinero suficiente para saldar la deuda de 8.000 millones de dólares que la Dirección General Impositiva (DGI) tiene con las empresas por el pago anticipado de impuestos. Lo importante, según expertos consultados, es que la gente crea que es la última posibilidad que tiene de regularizar su situación fiscal, y que ya no habrá más amnistías. De lo contrario, la amnistía tendrá pocas posibilidades de éxito, al igual que los numerosos planes similares adoptados por Argentina en los últimos años.

La otra gran fuente de recaudación, según los planes del nuevo equipo económico, será el nuevo impuesto a las transacciones financieras, fijado en un 0,3%, que entrará en vigor la semana próxima. El impuesto sigue el modelo del que está en vigor en Brasil y que permitió al Gobierno de Fernando Henrique Cardoso un mayor control de la evasión impositiva. Cavallo se propone eliminar en un año 'los impuestos distorsivos', de tal manera que Argentina tenga sólo dos impuestos: el IVA y el tributo a las ganancias. En el primero, el ejemplo a seguir es Chile, mientras que en el segundo impuesto, Cavallo quiere seguir los pasos, según dijo, de España y EE UU. Las empresas y banca española presentes en Argentina han recibido las propuestas con el ánimo de colaborar con Cavallo. El ministro también lanzó ayer una severa reprimenda a los bancos por los altos tipos de interés.

El martes, el Estado pagó el 10,96% en la licitación de Letras del Tesoro por 350 millones de dólares. Cuatro puntos más de los que pagó en una operación similar hace un mes, 6,86%, y el interés más alto en lo que va de año. Pero en febrero, Argentina todavía respiraba gracias al efecto psicológico del paquete de ayuda económica del FMI (40.000 millones de dólares).

Cavallo advirtió en tono displicente que el Gobierno no volverá a endeudarse mientras los tipos de interés no bajen a los niveles de México, en torno al 8%. ¿De dónde obtendrá el Estado el dinero? De la recaudación que se obtendrá con el impuesto a las transacciones financieras, asegura el ministro, que añade que, como consecuencia de la retirada del Estado. 'Para sacar al país de la crisis hacen falta dos cosas, como dice el tango: tener la sartén por el mango y el mango también', dijo Cavallo.

Pero más allá de la euforia de las promesas del ministro de Economía, voces ponderadas no afectadas por la intransigencia recuerdan anteriores intentos fallidos de combatir con seriedad la evasión. ¿Acaso ha mejorado el funcionamiento de la Justicia y de la burocracia de la Administración? 'Nadie lanza un blanqueo cuando la credibilidad de un gobierno está en el pozo. Nadie menos... Domnigo Cavallo', escribía ayer un articulista del diario Página 12.