Ingeniería genética

Los frutos de la Genética Molecular y de la Revolución Biotecnológica están fuera de toda duda y van desde nuevas fuentes de energía y el conocimiento de nuestro patrimonio genético, hasta una nueva generación de fármacos. Teniendo múltiples aplicaciones en el campo de la agricultura, ganadería, farmacia, medicina, etc., está próxima al centro de muchos de los principales problemas del mundo, como la malnutrición, la enfermedad, la disponibilidad y costo de la energía, la polución... De ahí la competitiva batalla entre los países desarrollados para comercializar sus aplicaciones. Se nos presentan nuevas situaciones que afrontar, tanto en la Medicina clínica como en el conocimiento del origen de las especies, conocer en qué medida estamos determinados por nuestros genes en yuxtaposición con el entorno medioambiental, la posibilidad de fabricar seres humanos según un modelo preestablecido y la de seleccionar los que en un momento determinado puedan parecer más adecuados para vivir en detrimento de otros, etc.

Se levantan numerosas voces de alerta, muchas de ellas en el propio campo de la Ciencia, pidiendo mesura y reflexión. Se ve amenazado el derecho a la vida de todo ser humano, su derecho a la propia identidad e integridad... Igualmente los defensores de la Ecología y el medio ambiente se han mostrado reacios al desarrollo de estas investigaciones por su posible incidencia en el equilibrio de la naturaleza. En la nueva Genética puede llegarse a resultados concretos que podrían parecer aceptables, pero que pueden destruir el equilibrio existente entre el hombre y el mundo orgánico e inorgánico que le rodea.

La sofisticación cada vez más compleja de las técnicas moleculares y su costo económico creciente, hace que los países más desarrollados se distancien de los menos desarrollados, favoreciendo un nuevo neocolonialismo. A pesar de la idea originaria del Centro de Estudios del Polimorfismo Humano y del Proyecto Genoma Humano, basada en la coordinación internacional, se han podido observar recientemente los conflictos debidos a los intereses de índole económica y de liderazgo científico. La oposición surgida en cuanto a la patentabilidad del genoma humano no es sino la reivindicación de la dignidad del ser humano, excluyéndole de las leyes del mercado.

El descubrimiento de los genes responsables de las enfermedades genéticas representará sólo el primero de los pasos hasta su curación; mientras no se encuentren soluciones terapéuticas o preventivas el ser humano vivirá una fase delicada de su historia. Es preciso observar y establecer normas que eviten que el conocimiento sea mal utilizado. En todo lo referente a la investigación genética y su aplicación, no cabe hacer ninguna objeción de carácter ético siempre que en los protocolos de las experiencias se sigan las normas éticas comunes a toda investigación, y más específicamente, las que se puedan realizar en seres humanos, incluidos los embriones, teniendo en cuenta que cualquier intervención sobre el cuerpo humano afecta también, y a diversos niveles, a la persona misma. También pueden verse afectadas las generaciones futuras. La versatilidad de las aplicaciones de la Genética Molecular hace que el papel de la jurisprudencia en este campo vaya siendo cada vez mayor, a lo que se suma el papel creciente del Derecho Internacional dada la facilidad de intercambios científicos y como medio para evitar los llamados 'paraísos genéticos'. Se hace necesaria la unificación a nivel internacional de este ordenamiento, así como un desarrollo legislativo paralelo a los nuevos descubrimientos y siempre previo a la toma de decisiones sobre sus aplicaciones, imponiéndose la necesidad de implantar formal y previamente plazos de revisión.-