'Tenemos una grave recesión, pero la peor parte ya pasó'

Silva Ruete tiene en sus manos la patata más caliente de América Latina, la economía peruana. Es un ministro de transición, el encargado de mantener a flote lo mejor que pueda el país hasta que el gobierno que saldrá de las elecciones del 8 de abril próximo tome las riendas. Silva Ruete, junto al presidente, Valentín Paniagua, y el primer ministro y encargado de Asuntos Exteriores, Javier Pérez de Cuellar, han tomado el timón de un barco bastante averiado por los escándalos de corrupción en torno al ex presidente Alberto Fujimori y su ex asesor Vladimiro Montesinos. La economía peruana está estancada y los inversores muy preocupados.

Pregunta. ¿Vino a tranquilizar a los inversores españoles?

Respuesta. Nosotros somos un Gobierno que sólo lleva 13 semanas en el cargo y que cuando asumimos la situación era muy delicada, tanto en lo político como en lo económico. Progresivamente esta preocupación se ha ido aplacando porque el proceso electoral está en marcha y se está desarrollando con toda normalidad. Hay casos de inversores, como Telefónica, que han hecho reuniones con varios de los candidatos para conocer la situación directamente. La semana pasada, varios de ellos se reunieron con representantes de la Cámara de Comercio Hispanoperuana en Lima. En lo económico, este Gobierno de transición ha demostrado a los inversores que vamos a resolver o facilitar el camino para su posterior resolución de muchos temas pendientes, como el déficit fiscal y la deuda externa. También hemos continuado con las privatizaciones, como las del aeropuerto de El Callao y el yacimiento de Camisea. Además, los inversores han visto que los distintos candidatos se han comprometido a continuar con las privatizaciones y concesiones y la liberalización.

P. Los inversores españoles están preocupados por la fuerte tendencia hacia el populismo de los candidatos como Alejandro Toledo, que ha prometido aumentos salariales y reducción de impuestos.

R. La fiebre electoral hace que muchas veces los candidatos hagan ofertas muy atractivas para el pueblo, pero que a la hora de la realidad se verán forzados, al menos, a demorarlas. El Gobierno entrante tendrá que ser austero.

P. ¿Seguirá usted tras las elecciones?

R. No, no seguiré. Somos un Gobieno atípico, no participamos en la campaña electoral ni tenemos representación parlamentaria.

P. ¿El FMI ha dado a Perú un crédito? ¿Es un escudo para protegerles de una desestabilización como pasó en México?

R. Nosotros no necesitamos ese tipo de créditos. Lo que el FMI nos ha dado es un crédito de unos 600 millones de dólares para que no tengamos problemas a la hora de tener que cumplir con los compromisos externos. A ése hay que añadir otros 400 millones del Banco Interamericano de Desarrollo. El Banco Mundial también nos ha otorgado 300 millones. Con todo ello tenemos el tema de la deuda resuelto por este año y parte del próximo.

P. ¿Van a poder pagar los 2.100 millones de dólares de servicio de deuda este año?

R. Sí, sin ninguna duda. Incluso haremos alguna operación para asegurar todos los pagos que vencen en 2002.

P. ¿No teme una mayor desestabilización económica durante el periodo preelectoral?

R. Hemos pasado ya una situación complicada, y no tanto por la campaña, sino por los vídeos que salen diariamente y que demuestran que ha habido una corrupción tremenda. Tenemos un grave problema de recesión que no se podrá resolver en unos meses. No obstante, creo que la peor parte ya pasó. Perú registró crecimiento negativo en el último trimestre de 2000, pero para este año creo que la economía empezará a recuperarse a partir del segundo trimestre, de modo que se pueda cerrar el año con un crecimiento del 2,5%.