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Santa Bárbara, 'made in USA'

La americana General Dynamics gana la pugna por la empresa de armamento

Ha sido un largo proceso salpicado de problemas, pero, finalmente, el grupo estadounidense General Dynamics (GD) tiene el camino despejado para comprar la Empresa Nacional Santa Bárbara (ENSB) y su filial Santa Bárbara Blindados y abrirse la puerta de Europa. La empresa llegó hace casi un año -el 12 de abril de 2000- a un preacuerdo de adquisición con SEPI, la accionista de Santa Bárbara, pero ese acuerdo, realizado cuando el Gobierno estaba en funciones -y su entonces ministro de Industria y ahora de Exteriores, Josep Piqué, también-, levantó tal marea política y enturbió tanto las relaciones entre España y Alemania que han sido precisos más de 11 meses para ponerlo en marcha. Esta semana se ha salvado el último escollo de importancia: el acuerdo sobre la protección de la transferencia de tecnología con la alemana Krauss-Maffei, con la que Santa Bárbara cofabrica el carro de combate Leopard. Ya sólo queda que el Consejo Consultivo de Privatizaciones y el Consejo de Ministros den su bendición y Santa Bárbara, contra todo pronóstico, pasará a la órbita americana.

La inclinación de la política de Aznar hacia el Atlántico ha podido más que los deseos del Ejército español -
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Contra todo pronóstico porque todos los pasos dados por sucesivos gobiernos desde hace muchos años hacían suponer que Santa Bárbara, de venderse, sería para la alemana Krauss-Maffei. Con ella se firmó en 1998 -con un Gobierno del PP- el contrato para la cofabricación de 320 carros Leopard para el Ejército español por 320.000 millones de pesetas. Y ese contrato era, a su vez, consecuencia del acuerdo alcanzado en 1993 -con un Gobierno del PSOE- por el cual el Gobierno alemán cedía en alquiler a precio simbólico 108 Leopard, que son los que actualmente usa el Ejército español.

Las ofertas

Cuando Santa Bárbara entra en la rueda de las privatizaciones del PP, todas las papeletas, pues, las tenía Alemania. Y dicen fuentes cercanas a la operación, que esa fue, precisamente, una de sus debilidades: confiarse demasiado y presentar una oferta que quedó por debajo de la presentada por General Dynamics. Mientras los americanos planteaban una carga de trabajo de 14.000 millones de pesetas, luego ampliada en 1.000 más; mantenimiento de la plantilla durante cinco años y no escindir ni enajenar ninguna unidad de negocio, Krauss-Maffei establecía la posibilidad de cerrar el centro de Granada y trasladar el de Oviedo a Trubia; planteaba 76 jubilaciones anticipadas y no concretaba la carga de trabajo. GD se comprometía a invertir 9.983 millones de pesetas y Krauss-Maffei 12.410.

Sobre el papel, y en el plano industrial, la oferta de GD era superior, y eso ha argumentado la SEPI durante todos estos meses de espera. Pero la adjudicación a GD, desde el punto de vista político -y la venta de una empresa de armamento tiene siempre connotaciones políticas- ha sido, además, la constatación del giro en la política exterior del Gobierno de Aznar, empeñado en reforzar lazos con Estados Unidos por encima de Europa. Aunque han sido negociaciones al margen de Santa Bárbara, hace poco que Washington ha conseguido ampliar la base de Rota, como quería, y el ministro español de Exteriores aparecer en los medios de comunicación visitando al secretario de Estado Colin Powell.

Un año de espera para comprar una empresa ruinosa demuestra mucho interés. ¿Qué espera General Dynamics de Santa Bárbara, que desde 1990 ha acumulado casi 130.000 millones de pérdidas pese a haber recibido aportaciones de dinero público por 180.000 millones, y que tiene su único activo en el contrato de los Leopard que seguirá construyendo Krauss-Maffei? Según ha manifestado públicamente su vicepresidente de Sistemas de Combate, Arthur Veitch, para General Dynamics la compra de Santa Bárbara es 'muy interesante e innovadora' y da la oportunidad a GD de 'cooperar en los mercados de vehículos de combate y armamento de Europa, América del Sur y Norte de África'.

Según fuentes conocedoras de la operación, precisamente eso es lo que gana General Dynamics comprando Santa Bárbara: abrirse la puerta de Europa. La empresa americana fabrica el Abrams, el carro competidor del Leopard, y que no tiene ningún Ejército europeo. 'Santa Bárbara', dicen otros medios involucrados en el proyecto, 'se convertirá en el puente de lanza de General Dynamics en Europa'. Pero lo hará después de una muy complicada situación con Alemania, cuyo Gobierno se opuso rotundamente a que Santa Bárbara cayera en manos de GD.

Tras amenazar con retirar el alquiler de los Leopard y con no autorizar el acuerdo sobre protección a la transferencia de tecnología, el Gobierno de Schröder propuso a España participar en la formación de un grupo de defensa europeo, parecido a lo que ya se ha hecho en el sector aeronáutico con EADS, donde participa CASA. Un grupo así, sin embargo, no era fácil de promover, al menos a corto plazo. Mientras en aeronáutica se contaba con la experiencia de Airbus, en tierrra no existen grandes proyectos comunes, se producirían redundancias importantes de capacidad y la oferta está muy dispersa. Era casi, un brindis al sol.

La inclinación de la política de Aznar hacia el Atlántico ha podido más que los deseos del Ejército español -que prefería la oferta de Krauss-Maffei, con la que colabora desde hace muchos años- y que las quejas del Gobierno alemán. Una vez que el Consejo de Ministros dé el sí final -probablemente el próximo viernes- y que se produzca el traspaso de acciones, Santa Bárbara será made in USA. Su actual presidente, Alfonso Vila, seguirá como chairman y L. Charles Meeks Jr., que ha sido vicepresidente de Desarrollo de Negocios de General Dynamics dirigirá el equipo de transición hasta que toda la gestión recaiga en la empresa americana.

Compromisos de General Dynamics

Los principales puntos del plan de adquisición presentado por General Dynamics (GD) son los siguientes: - Permanencia en el accionariado de la Empresa Nacional Santa Bárbara cinco años como mínimo. Garantizado mediante cláusula penal de 10 millones de euros. - GD paga a SEPI cinco millones de euros por el grupo Santa Bárbara, garantizando el mantenimiento de unos fondos propios mínimos del 75% del balance de referencia durante cinco años. Garantizado mediante cláusula penal de 10 millones de euros. - GD se compromete al mantenimiento de la estructura industrial actual de Santa Bárbara que mantendría su imagen de marca y se integraría en el Grupo de Sistemas de Combate de GD. - GD se compromete al mantenimiento íntegro de la plantilla durante cinco años. Garantizado mediante cláusula penal de 10 millones de euros. - Aportación de negocio por valor de 13.800 millones de pesetas en cuatro años. Inversión de 60 millones de euros adicionales a los previstos por Santa Bárbara en tecnologías, equipamientos y modernización de vehículos de combate. Garantizado mediante clásusula penal de 5 millones de euros. - GD garantiza el cumplimiento del acuerdo entre SBB y Krauss-Maffei sobre protección de la tecnología Leopard. - GD se responsabiliza del cumplimiento de la normativa medioambiental y de explosivos y seguridad.

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