Un grupo de Las Vegas y dos españoles, interesados en el futuro casino de Aranjuez

Las tres empresas, que por el momento sólo han mantenido conversaciones no oficiales con los representantes de la Comunidad y el Ayuntamiento ribereño, están a la espera de que se hagan públicas las bases del concurso de licitación. El Gobierno quiere tenerlo listo antes del próximo verano, ya que servirá para determinar cuál de las ofertas presentadas será la ganadora.

En el concurso, según fuentes del Ejecutivo que preside Alberto Ruiz-Gallardón, se primará la 'oferta complementaria' que presenten los interesados. 'Oferta complementaria significa hoteles, zonas de expansión, mejora de las comunicaciones, áreas de ocio... que rodeen y apoyen al futuro casino de Aranjuez', señalaron las fuentes.

'La oferta complementaria será el baremo más puntuado, aunque también se tendrá en cuenta el número de puestos de trabajo que se creen y el tiempo en el que el complejo de ocio estará en marcha', se añade desde el Gobierno regional.

Una de las condiciones que tendrán que cumplir las empresas ofertantes es contar con un capital social superior a los 12 millones de euros (más de 2.000 millones de pesetas), además de depositar una importante fianza para el pago de premios, que aún está por cuantificar.

El grupo Cirsa cuenta con casinos, bingos, centros de ocio y divisiones de negocio (máquinas tragaperras, juegos de ordenador...) en Italia, Reino Unido, España, Francia, Portugal y Colombia y Suecia, así como un casino flotante en Buenos Aires.

Por su parte, la empresa del Gran Casino de Madrid (propietaria del local de juego de Torrelodones) cuenta con 668 empleados y tiene un capital social de 2.250 millones de pesetas. En 1999 tuvo unas ventas cercanas a los 9.000 millones de pesetas.

De la empresa norteamericana interesada en el casino de Aranjuez sólo ha trascendido que posee un gran local en Las Vegas (Estado de Nevada).

La idea de abrir un casino en Aranjuez fue hecha pública el pasado 14 de diciembre por el presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, en la Asamblea de Madrid. Explicó que su Gobierno había decidido autorizar un nuevo establecimiento lúdico y de juego en Madrid porque el Gobierno de Castilla-La Mancha planeaba levantar un establecimiento similar en los límites con Madrid, muy posiblemente en el municipio de Illescas (Toledo), a escasos kilómetros de Aranjuez.

Este centro servirá, según los planes del Gobierno regional, para revitalizar el sur de Madrid. Además, el casino se situará a sólo 17 minutos en coche del parque temático de San Martín de la Vega, que la multinacional Time Warner promueve en esta localidad. Para lograr que una empresa especializada en el juego se instale en Aranjuez, el Gobierno regional decidió facilitarle las cosas. Primero, y en el más absoluto secreto, la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes adquirió 270 hectáreas de terreno, de las que 20 o 30 serán cedidas al casino. En esta zona, los promotores tendrán que levantar, además del establecimiento dedicado al juego, 'las ofertas complementarias' citadas.

El suelo donde se levantarán estas instalaciones es propiedad de la Comunidad de Madrid. El presidente regional precisó que el Gobierno autónomo ha adquirido en Aranjuez 270 hectáreas de terreno, por un importe de 3.000 millones de pesetas, que cuentan con la calificación necesaria para albergar este tipo de actividad.

Actualmente, en la región sólo existe un casino: el de Torrelodones. Por eso, la diputada socialista María Luisa Álvarez Durante manifestó, cuando Ruiz-Gallardón hizo público que se abriría un nuevo establecimiento en la región, que este anuncio supone mantener el monopolio del juego en Madrid: 'Habrá dos casinos, uno muy al norte [en referencia a Torrelodones] y otro muy al sur [en referencia a Aranjuez]'.

El nuevo casino de Aranjuez nacerá cuando la Ley del Juego regional ya cuente con el visto bueno del Gobierno de Ruiz-Gallardón. Esta norma, que se encuentra a falta de su aprobación por el Consejo Económico y Social y la Asamblea, recoge por primera vez la posibilidad de legalizar el póquer y los denominados cibercafés o establecimientos desde los que se podrán hacer apuestas. No obstante, estos aspectos de la ley todavía están pendientes de desarrollo en un futuro reglamento.