El Guggenheim invita a descubrir el lenguaje minimalista de la moda de Armani
Desde hoy, la exposición retrospectiva de Giorgio Armani abre sus puertas al público en el Museo Guggenheim Bilbao. La totalidad de la tercera planta está ocupada por 400 trajes y accesorios creados por el modista italiano a lo largo de 25 años. Los comisarios de la exposición -Germano Celant, conservador jefe de la Fundación Guggenheim, y Harold Koda, del Instituto del Vestido del Metropolitan de Nueva York- invitaron ayer a descubrir el minimalismo de los diseños de Armani, los elementos de comunicación que subyacen en su moda y las obsesiones que han guiado su trabajo. 'Es apasionante para la moda que podamos aplicar la metodología artística', destacó Koda.
'Nuestra crítica permite debatir en la moda aspectos como el género y la identidad. Todo ello forma parte del arte contemporáneo', agregó. Celant destacó la coincidencia en el Guggenheim de los trajes de Armani y las obras de la colección Panza. 'Armani igual que Panza se bañan en el minimalismo y representan el período histórico de 1970 a 2000', apuntó.
La exposición, patrocinada por Iberdrola, no sigue un recorrido cronológico, sino que ha sido organizada en grupos temáticos. Cada sala ha sido ambientada de forma diferente, siguiendo los colores neutros más característicos de Armani, como el blanco, el negro y las gamas del beige y el gris.
La teatralidad de la presentación es resultado del trabajo del escenógrafo Bob Wilson, que ha jugado con la luz y el sonido para crear la atmósfera especial alrededor de unos trajes que parecen suspendidos en el aire. El suelo y las paredes han sido cubiertos de materiales que absorben los ruidos y permiten disfrutar de la partitura original creada por Michael Galasso, en la que se escuchan los sonidos de la txalaparta.
