Sharon prepara una ofensiva militar para acabar con la Intifada

'Devolveré la seguridad a Israel, tal y como había prometido. He obtenido el apoyo de EE UU para defender a todos los ciudadanos', aseguró ayer el primer ministro israelí, Ariel Sharon, en el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv, pocos minutos después de su llegada.

Sharon se puso a trabajar en el nuevo plan militar en las mismas dependencias del aeropuerto, donde se reunió con los responsables de los servicios de seguridad y del Ejército para discutir los 'pasos que tienen que ser dados, frente a la violencia palestina, ayudada por Hezbolá [la guerrilla libanesa]'.

Horas antes, el Ejército israelí puso en práctica la filosofía militar del Gobierno de Unidad Nacional al reanudar los bombardeos sobre los cuarteles de las fuerzas de seguridad palestinas, que el Ejecutivo anterior de Ehud Barak había abandonado por razones mediáticas. Los bombardeos destruyeron uno de los cuarteles de la Fuerza 17, la guardia pretoriana de Yasir Arafat, matando a uno de sus comandantes, como represalia al apoyo que este cuerpo da a la Intifada.

Pero los palestinos no están dispuestos a dejarse amedrentar. Marwan Barghouti, jefe de la milicia popular de los Tanzim, anunció ayer que en las próximas semanas se intensificará la Intifada, 'con todos los medios, ya se traten de acciones armadas o manifestaciones populares', recuperando el apoyo de la población civil, que será invitada a participar en movilizaciones masivas, como se hizo al principio de la protesta.