Un informe asegura que el 40% de los jóvenes supera los límites de alcoholemia

Los datos son 'preocupantes': en torno al 40% de los conductores jóvenes supera los límites de alcoholemia establecidos por la legislación. Pero es más, mientras aquellos que llevan más de un año con el carné pasan los topes permitidos en el 31% de los casos, el porcentaje de incumplimiento se eleva al 48% entre los noveles.

Las cifras corresponden a un informe elaborado por Cruz Roja tras casi 400 encuestas y otras tantas pruebas de alcoholemia entre jóvenes de 14 a 30 años a fin de determinar sus hábitos al volante. El trabajo demuestra que dos de cada tres chavales (61%) que salen de marcha han conducido borrachos alguna vez y que casi el 20% siempre coge el coche en estado de ebriedad. Es más, las pruebas realizadas ponen de manifiesto que los adolescentes de entre 14 y 20 años consumen un tercio más (35%) de alcohol que mayores de 21.

Lourdes Fernández, directora local de la organización, precisó el objetivo del trabajo, llevado a cabo los días 3 y 10 de febrero en las zonas de movida de Málaga: 'No pretendemos que los jóvenes dejen de beber, sino que tomen conciencia de que si beben no deben coger el coche'. Un hábito que, según el estudio, no tiene este segmento de la población ya que el 90% de los que se sometieron a la prueba dio positivo. Aunque dentro de esta cifra, una parte estaba dentro de los límites permitidos.

El trabajo recoge además que el 50% de los encuestados comenzó a beber entre los 13 y los 15 años, que el 80% siempre ingiere alcohol durante el fin de semana y que mientras los varones tienen un comportamiento más homogéneo, entre las jóvenes se presentan situaciones extremas: o son casi abstemias o beben muchísimo.

Fernández rechazó que la realización de las pruebas en las zonas de movida desvirtúe los resultados, al arrojar datos más altos sobre el consumo de bebidas alcohólicas porque 'justamente intentábamos determinar la actitud de los jóvenes conductores cuando salen de marcha'. Los resultados confirman la sospecha de que al menos la mitad realiza dos actividades reñidas entre sí: beber en exceso y conducir. El trabajo contó con el apoyo del Ayuntamiento de Málaga y de la Mesa Provincial para la Prevención de Accidentes de Tráfico, un organismo en el que están representadas las tres administraciones y organizaciones sociales y que pretende crear hábitos que reduzcan los índices de siniestralidad, como usar el casco o no coger el coche si se ha bebido.