Los vecinos de Lasarte llaman 'asesinos' y 'chivatos' a los ediles de EH en un tenso pleno
La alcaldesa tuvo que terciar en favor de quienes se negaron a condenar el atentado a su mano derecha
La tensión se respiraba desde mucho antes de que comenzara el pleno. 'Como pase un nacionalista, le escupo'. Todavía faltaban cinco minutos para las siete de la tarde. Primero entró la alcaldesa, y el público prorrumpió en aplausos; poco después llegó el resto de concejales, también los de la formación abertzale. Entonces cayó la tormenta de insultos. 'Asesinos, nazis, fascistas'. Nadie estaba dispuesto a morderse la lengua. 'Basta ya de silencio. Ellos son los que señalan', gritó un mujer.
Las frases lapidarias se solapaban unas con otras. Ana Urchueguía, desesperada, trataba de calmar los ánimos, hasta que por fin cogió el micrófono y pidió que le escucharan. Sólo entonces pudo aclarar que el comunicado de condena -que iba a leer a continuación- lo habían suscrito PNV, PP, EA y PSE-EE. 'EH', dijo, 'se abstiene'. No hizo falta más para encender los ánimos. 'Que se vayan, si tuvieran vergüenza no habrían entrado aquí'. Entre el público se encontraban, el secretario general de los socialistas vascos, Nicolás Redondo; el diputado general de Guipúzcoa, Román Sudupe (PNV) y la presidenta del PP de Guipúzcoa, María San Gil, entre otros políticos.
Hizo falta tiempo, pero finalmente la alcaldesa logró callar al público, leer el comunicado y acompañar así en el dolor a Tomasi, Josu y Andoni, la viuda y los hijos de Froilán Elespe. Entonces pasó el micrófono a la portavoz de EH, Aiora Zulaika, para que leyera su propio texto. Desde el público le gritaron: 'No vais a hablar. Sin pistolas sólo sois una puta mierda, sois la misma mierda que [Arnaldo] Otegi'.
Ana Urchueguía, con el dolor metido en el cuerpo, hizo de tripas corazón y pidió una tregua. 'Nosotros luchamos por la libertad con la palabra, como lo hemos hecho siempre los que luchamos contra el franquismo, como Froilán'. Alguien del público le contestó: 'Así vamos todos al ataúd'. Zulaika leyó su comunicado. Pero nadie lo escuchó. Todos, incluidos los políticos, se dieron media vuelta. Y algunos vecinos se acercaron a ella. Le lanzaron papeles y hubo conatos de enfrentamiento. Incluso Urchueguía perdió los nervios. 'No tenéis vergüenza'. Luego llegó la hora de mostrar la rabia en la multitudinaria manifestación que recorrió Lasarte.
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