El Deutsche Bank compra una red de 3.000 'pubs' en el Reino Unido por casi medio billón de pesetas

Whitbread cerró a primera hora de ayer la venta de su cartera de bares y pub, que interesó en un principio a más de 40 sociedades. El perfil de los cuatro finalistas, todos ellos bancos o sociedades de inversión, con intereses variados en el negocio de las bebidas alcohólicas, confirma la tendencia que se aprecia en el mercado desde finales de los años ochenta. Ya no son las cerveceras quienes controlan la propiedad de los pub británicos, sino las entidades bancarias.

De las aproximadamente 60.000 public houses (las casas públicas, que dan el nombre génerico al pub), el 18% pertenece a sociedades financieras y otro 10% está actualmente en proceso de venta. La japonesa Nomura Securities lidera el sector con una cartera de más de 5.500 pub, seguida del grupo inversor Punch Taverns, con unos 5.100. A larga distancia, la cervecera Scottish & Newcastle quiere desprenderse del 22% de sus actuales 3.200 locales. Esta y otras cerveceras de menor tamaño apenas controlan ya el 16% de la red de pub. La reforma del sector aceleró la entrada de inversores ajenos al negocio. Hasta la década pasada, los productores y distribuidores de cerveza controlaban más de la mitad de los pub británicos. Servían exclusivamente sus propias marcas más una de un rival, la llamada cerveza invitada.

Tan sólo las conocidas como Free Houses ofrecían un abanico de cervezas rubias o marcas de la tradicional ale. Para promover la competencia, el entonces Gobierno conservador fijó límites en el número de pub que podía controlar una misma cervecera.

Los pioneros venden

La medida surtió efecto pero precipitó la salida del sector de las casas pioneras. Whitbread y Bass han vendido sus destilerías, Allied Domecq su división de pub y 331 empresas cerveceras han liquidado o disminuido sus operaciones desde 1991. Orientan ahora sus objetivos a la hostelería, restauración y centros de salud o deportivos, ramos de mayor crecimiento económico.

La consolidación del gremio viene también dictada por el consumidor. Los británicos han tomado gusto al vino y a la costumbre extendida en el sur de Europa de combinar copas con comida. Los pub van perdiendo su característico ambiente, heredado del puritanismo victoriano, que obligada a los bebedores a esconderse.