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Entrevista:SANTIAGO GONZÁLEZ | COLUMNISTA

'Esta sociedad sólo da vueltas a la noria sin avanzar'

El columnista Santiago González (Burgos, 1950) reunió ayer a un montón 'de viejos rockeros', entre ellos el rector Manuel Montero, para presentar Un mosaico vasco, editado por la fundación del PP Elkargunea, que reúne 115 artículos publicados de 1993 a 2000.

Pregunta. Vaya flores que le han echado en la presentación de su libro. Le habrá salido cara la invitación en la barra.

Respuesta. En una presentación de éstas no tienen por qué decir la verdad, sólo cosas amables. Pero sí, la ronda me ha salido unas 12.000 pelas, ja, ja.

P. Han destacado su coraje, valentía y sarcasmo para interpretar lo que pasa en Euskadi.

R. El columnismo no puede reducirse a reproducir lugares comunes. La columna debe llevar información, una lógica argumental, un punto de vista y un valor añadido. El buen columnista es el que arranca de su lector algo sí como: 'Eso es lo que me hubiera gustado que se me ocurriera a mí'. No quiero ser editorializante.

P. La mayoría de los artículos aguantarían su publicación hoy mismo. ¿Qué sensación le da ese dato?

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R. En algunas dedicatorias de mi libro he escrito '¡A ver cuándo podemos releer esto como una crónica costumbrista que ha perdido actualidad!'. Es terrible que esta sociedad sólo dé vueltas a una noria sin avanzar y no logre un modo de convivencia en democracia.

P. ¿Se ha banalizado el columnismo hoy en día?

R. En este negociado pasa como en la política, hay políticos buenos, malos y mediopensionistas. Hay modas ahora, como las tertulias, que pasarán. No conozco a nadie que escuche las tertulias como si le fuera en ello la vida; bueno sí, los nacionalistas. Y en realidad no es más que un juego. La gente opina sobre lo que no sabe para gente que no les escucha.

P. Pues dígaselo al nacionalismo cuando habla de la Brunete mediática y esas cosas.

R. Esto es el escándalo farisaico. Lo estudiábamos en quinto de bachiller en la asignatura de Moral Católica. Algunos nacionalistas tienen necesidad de asomarse a la España que les odia para justificarse mejor. El problema es que aquí no hay memoria histórica.

P. Lo que queda claro en sus escritos es que el cine le apasiona. Y mezcla con mucha ironía diálogos o secuencias cinematográficos con la película del día a día.

R. Es cierto, me encanta. Es que el cine es el gran fenómeno de comunicación del siglo XX. Y posibilita una complicidad y una cotidianeidad impagables. De hecho, me hubiera encantado protagonizar muchas películas, ser Bogart en Casablanca o cualquier producción de Billy Wilder, que hacía comedias de historias realmente terribles.

P. Casi como sus escritos.

R. Algo así. Un amigo mío dice que son una mirada indulgente y bienhumorada hacia la estupidez humana. Me reconozco en el humor de Wilder.

P. Pues aquí, ese tipo de fórmula no termina de cuajar.

R. Si fuéramos capaces de aplicar el humor a nuestras relaciones cotidianas no se mataría tanto. Éste es un oficio de lo efímero.

P. Pero peor sería trabajar, como cuelga en el despacho del director del New York Times.

R. Me encanta lo que hago y hay trabajos mucho peores.

Santiago González, en un momento de la entrevista.
Santiago González, en un momento de la entrevista.LUIS ALBERTO GARCÍA

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