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Tribuna:GONZALO GIRIBET | CIRCUITO CIENTÍFICO
Tribuna
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'Postdocs' en el extranjero

Soy un investigador español de 30 años. Obtuve mi doctorado por la Universidad de Barcelona en julio de 1997, y en agosto me fui a hacer un postdoc (estudios posdoctorales) al American Museum of Natural History (Nueva York). Pasé allí poco más de dos años, y desde enero de 2000 soy profesor de Biología en la Universidad de Harvard.

Parece que hay en nuestro país un cierto interés por las condiciones de los investigadores, predocs, postdocs y otros, y supongo que eso es bueno. La mayoría de investigadores que obtienen un título de doctor en una universidad española (por lo menos en biología) se lanza a la aventura en uno o varios países extranjeros, donde posiblemente acabará pasando una temporada de entre dos y varios años. Esos años suelen ser de los más productivos para nuestros postdocs, porque en países donde se le da más importancia a la investigación de la que se le da en España la producción es, obviamente, mayor. Mientras estamos en el extranjero, en general disponemos de elevados presupuestos, espacio, equipamiento y buenas bibliotecas, además de colegas bien entrenados y dinero para viajes, congresos, suscripciones, libros, y sobre todo el ser considerados como científicos independientes y responsables. Por vez primera dejamos atrás los problemas, tan comunes en España, de lo que podríamos llamar el caciquismo de los directores de tesis.

Muchos doctorandos españoles se someten a las amenazas y los abusos (científicos) de directores de tesis mediocres. No es que todos los directores españoles sean mediocres (que no lo son), ni que no haya directores de tesis mediocres en otros países (que ciertamente sí los hay), pero, como en todo, Spain is different. Por suerte o por desgracia, el éxito científico se mide no sólo en calidad de trabajo, sino en número de publicaciones, y eso es en muchos casos moneda de cambio. En otros países, los directores de tesis publican con sus estudiantes únicamente cuando han contribuido directamente, y no sólo cuando han conseguido los fondos para dicha investigación. Esto parece que no está tan claro para algunos investigadores españoles que no soportan la independencia de sus estudiantes, quizás porque de ese modo quedarían en evidencia ante unos estudiantes que publican más que ellos.

No quiero decir con esto que todos los directores de tesis españoles sean así (Déu nos guard!), porque también conozco a muchos directores de tesis ejemplares. Pero ésos generalmente no ganaron sus plazas universitarias por idoneidad, es decir, sin pasar oposiciones en una época en la que las universidades españolas necesitaban profesores con urgencia.

En esta España donde muchos jóvenes investigadores se incorporan a grupos de investigación en vez de desarrollar los suyos propios, como quizás ya habían hecho durante sus largas estancias en el extranjero, y donde muchos doctorandos tienen a un director de tesis con derecho de pernada (en contraste con muchos modelos extranjeros donde hay un comité de tesis que sigue el trabajo del doctorando durante el periodo que dura la tesis), poco pueden hacer los que no están arriba en la jerarquía.

Dadas estas circunstancias, ¿por qué son tantos los doctorandos que desean volver del extranjero, aunque sea como becarios reincorporados a un sistema donde no van a tener opciones para obtener fondos independientes para su investigación, a los cuales sí tienen acceso en otros países, y donde van a dejar de ser considerados como investigadores de derecho propio, a no ser que algún día obtengan un plaza fija? La verdad es que nunca lo entenderé si lo miro desde un punto de vista académico, y creo que tan sólo tiene una explicación a nivel personal o familiar. España NO va bien (científicamente), pero en España se vive bien. Lo que sí que tengo claro es que yo a España vuelvo de vacaciones, pero para hacer ciencia me quedo aquí.

Gonzalo Giribet es profesor de Biología en la Harvard University, Cambridge, EE UU.

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