Interés mundial por un nuevo superconductor metálico

Los especialistas se han lanzado en las últimas semanas a verificar las propiedades del nuevo material superconductor metálico, cuya condición como tal fue anunciada hace unas semanas por el físico japonés Jun Akimitsu, y han conseguido ya algunos resultados que se han publicado rápidamente o están siendo expuestos en reuniones como la de la Sociedad Americana de Física que se celebra esta semana en Seattle.

El material es el diboruro de magnesio, que se hace superconductor a la temperatura de 233 grados bajo cero, temperatura baja, pero superior a los 250 grados bajo cero del último superconductor metálico descubierto. Estos pocos grados de diferencia son suficientes para que se haya desencadenado una carrera para caracterizar el conductor y conseguir aplicaciones. Los llamados superconductores de alta temperatura (hasta 140 grados bajo cero), descubiertos en 1986, son cerámicos y no metálicos, y han defraudado porque no se han podido producir con ellos cables y otros dispositivos necesarios.

Estudios muy preliminares han mostrado una buena capacidad de transmisión de corriente del diboruro de magnesio, material conocido y relativamente barato. En Science (9 de marzo), el equipo dirigido por el argentino Manuel Núñez Regueiro, del CNRS en Grenoble (con M. Monteverde como primer firmante), ha encontrado, junto a científicos de la Universidad de Princeton (Estados Unidos), que, dependiendo de la concentración de magnesio, este material se comporta de forma distinta, bien como un componente superconductor metálico o bien como un superconductor cerámico.

Núñez cree que este material (u otros boruros a los que se llegue a partir de él) va a ser mucho más sencillo de utilizar en la fabricación de cables, y que enfriar a esas temperaturas puede ser económico, porque se pueden utilizar máquinas que reciclan el costoso helio que se pierde si se usan bobinas hechas con superconductores que funcionan a más bajas temperaturas.