Bruselas cree que los elevados costes de las licencias UMTS ponen en peligro su futuro
El mercado de las telecomunicaciones en la UE está valorado en 200.000 millones de euros y crece a un ritmo anual del 12,5%. Las comunicaciones móviles representan el 30% del total de los ingresos en este sector y el 63% de los ciudadanos europeos disponen de un teléfono móvil GSM (segunda generación). La UE es líder mundial es este campo y quiere mantener ese puesto con la implantación de la telefonía móvil de tercera generación.
La carrera está lanzada. Once de los Quince países que integran la UE han otorgado al día de hoy licencia UMTS a casi medio centenar de operadores, lo que representa más del 85% de la población que usa GSM. La UMTS es un pilar de la Sociedad de la Información y la creación de empleo, en el sector de las nuevas tecnologías. Pero hay puntos críticos a los que los Gobiernos y la industria deben hacer frente para hacer la transición de la segunda a la tercera generación.
Los servicios del comisario europeo de Empresa y Sociedad de la Información, Erkki Liikanen, han identificado cuatro puntos de riesgo para el futuro de la UMTS en la UE: primero, la fragmentación en las condiciones bajo las que se han concedido las licencias; segundo, las dificultades potenciales derivadas de los costes muy elevados en algunos casos y la incertidumbre global sobre la evolución de los TMT (Telecomunicaciones, Medios y Tecnología); tercero, la ausencia de experiencia con el nuevo mercado de servicios UMTS y sobre los ingresos; y cuarto, las dificultades técnicas para la introducción.
La Comisión Europea no descarta una segunda vuelta de adjudicaciones. En la actualidad, la legislación da pleno derecho a los gobiernos de la UE para que determinen el mecanismo que consideren más apropiado para conceder las licencias (gratuita, por concurso o por subasta) aunque se debe garantizar el respeto de unos principios básicos en el proceso. Las condiciones de adjudicación varían 'enormemente', por eso Bruselas recomienda que se incremente la armonización legislativa para que la UE pueda conservar su posición de liderazgo.
'Esta fragmentación de las condiciones creará inevitablemente distorsiones en las redes UMTS y los servicios se apliquen', dice el texto de Liikanen. La Comisión Europea hace otra advertencia importante. Los operadores tendrán que realizar un coste adicional para desarrollar la red UMTS y poder ofrecer nuevos servicios a los clientes, que se sumarán a los 130.000 millones de euros ya gastados para conseguir las licencias. 'El reajuste de las previsiones financieras puede tener una implicación para el desarrollo de un mercado competitivo', afirma el texto.
Por otro lado, el presidente de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT), José María Vázquez Quintana, aseguró que aunque la competencia en el sector de la telefonía móvil no es perfecta, 'sí es efectiva'. Vázquez Quintana apuntó que prueba de ello es que ningún operador 'se puede permitir el lujo de tomar una decisión unilateralmente sin tener en cuenta a sus clientes o a sus competidores'.
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